Jubilaciones devaluadas

La ley de movilidad previsional vigente hasta diciembre de 2015 hubiera arrojado una mejora de las jubilaciones del 29,6% con el aumento de septiembre, e igualmente hubiera sido magra. Pero con la cuestionada fórmula del Gobierno aprobada en diciembre, los aumentos quedaron un 10,4%

La ley de movilidad previsional vigente hasta diciembre de 2015 hubiera arrojado una mejora de las jubilaciones del 29,6% con el aumento de septiembre, e igualmente hubiera sido magra. Pero con la cuestionada fórmula del Gobierno aprobada en diciembre, los aumentos quedaron un 10,4% debajo de aquel hipotético aumento: los primeros tres ajustes en el año arrojaron una suba acumulada de apenas el 19,2% en las prestaciones de la seguridad social y va en línea con lo que recomienda el FMI.

Además, con el aumento del 6,68% ($541 más) a partir de setiembre, las jubilaciones acumularán una pérdida del 9,7% con relación a igual mes de 2017. Por ejemplo, la jubilación mínima que en septiembre de 2017 era de $ 7.246, 64 subirá a partir del mes próximo a $ 8.637,13, cuando ajustada por inflación debería ser de $ 9.565,56. En ambos casos, hubieran quedado lejos de la canasta básica valuada en más de $20.600, pero con la fórmula actual quedan, incluso, más abajo de ese umbral. Pero la pérdida es mayor, porque mientras la inflación fue comiendo los salarios, los haberes se mantuvieron congelados entre octubre de 2017 y febrero de 2018, para subir apenas en marzo, junio y ahora en septiembre, siempre sin compensar el efecto inflacionario en alimentos y remedios.