Kicillof, el ejemplo del antiprivilegio

La votación del gobernador estaba pautada para las 11 en la Escuela Superior de Formación de Salud. Allí, en la mesa número 9, Axel Kicillof hizo cola durante casi una hora y pudo sufragar cerca de 90 minutos después de lo pactado.

Durante la espera, lejos estuvo el mandatario de tener un tratamiento de rockstar y, a pesar de que sus hombres de seguridad estuvieron siempre cerca, no se negó a sacarse ni una selfie con quienes lo veían haciendo cola como cualquier ciudadano platense común.

En el tiempo en el que esperó pacientemente, atendió los pedidos de los vecinos, charló con amigos que se acercaron a saludarlo, jugó con su hijo menor, recibió una docena de medialunas y se acercó a saludar a quienes a diario cubren su actividad con una sencillez poco común en quienes tienen su investidura.

Ante la pregunta de diario Hoy sobre el porqué de la demora en su mesa, el gobernador dijo entre risas: “No sé, pero es un ejemplo del antiprivilegio”, lo que pudo comprobarse, ya que la presencia del mandatario provincial en la cola de la mesa 9 no alteró el orden en la fila.

A la hora de votar, el mandatario fue notificado de lo que minutos más tarde sería el eje de la pregunta del cronista de este multimedio, ya que las autoridades de mesa le informaron que, desde el regreso de la democracia, fue el primer gobernador en votar en la ciudad capital de la Provincia , dato que no es menor, porque fueron 7 quienes lo antecedieron desde el 10 de diciembre de 1983: Alejandro Armendáriz, Antonio Cafiero, Eduardo Duhalde,

Carlos Ruckauf, Felipe Solá, Daniel Scioli y María Eugenia Vidal. Ninguno de ellos sufragó en La Plata, por lo que la acción de Kicillof, que debería ser habitual, se convirtió en un hecho destacable tras 38 años de actividad en las urnas.