Los números locos de Cristina

Luego de seis días, reapareció la Presidenta. Intentó negar la crisis del empleo, afirmando que “se han creado millones de puestos de trabajo”. La realidad de la industria textil, de la pesca y de los frigoríficos indican lo contrario

Luego de seis días de silencio, reapareció la presidenta Cristina Fernández en uno de sus lugares favoritos: Tecnópolis. No vaya creer, estimado lector/a, que la prolongada ausencia le sirvió para madurar alguna idea o proyecto que permita combatir la crisis. Por el contrario, la presidenta volvió con un relato aún mas potenciado en la mentira.

Uno de los ejes principales de su discurso estuvo marcado en la necesidad de negar que haya problemas con el empleo. “Hemos creado millones de puestos de trabajo. Estamos cansados de ver y escuchar cifras que nadie explica de dónde salen. Quieren asustar para ajustar”, dijo la primera mandataria, sin ruborizarse . Ayer, se conocieron otros datos demoledores que muestran la falacia del relato K. Solamente en la industria textil, en lo que va del año, se registró una caída del 15% en la actividad. Esto se traduce, según la Fundación Pro-Tejer y la Asociación Obrera Textil, en la pérdida de mil puestos de trabajo.

En Mar del Plata, la realidad también se está encargando de desmentir a la presidenta. Según un informe de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina, al que tuvo acceso Hoy, en el mes de Agosto de 2013, desembarcaron 282.116 toneladas de pescado en el puerto marplatense, y este año, también considerando al mes de agosto, el desembarco fue de 262.858 toneladas, es decir, 20.000 toneladas menos. “Esto significa menores importes exportados y menor mano de obra ocupada por la industria pesquera”, destaca el informe que identifica algunos factores de la crisis: el atraso cambiario que hace imposible para cualquier actividad tener que exportar con un dólar de $8; el abultado peso de las retenciones; la voracidad fiscal que aplica intereses de un 3% mensual por deudas de cargas sociales e impositivas, pero que devuelve los reintegros con una demora superior a los cuatro años, sin ajuste de ninguna naturaleza.

En la industria de la carne, la situación es igual o peor.  Ayer, la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) informó que, por la recesión y la inflación, sumado al impacto que tuvieron las inundaciones en la Provincia, cayó la oferta y el consumo por habitante de carne vacuna se ubicó en los primeros nueves meses, en promedio, en 58,9 kilos, lo que implica un descenso de 6% comparado con igual lapso de 2013. Los datos estremecen: desde que Cristina asumió como presidenta, cerraron unos 150 frigoríficos dejando en la calle a 17.000 trabajadores. También quebraron 14.000 ganaderos por la intervención oficial, que aplica infinidad de trabas a las exportaciones. 

Ante este cuadro, CICCRA auguró que "la industria continuará sufriendo la escasez de oferta y las restricciones a las exportaciones que nos han hecho descender en el ranking de exportaciones desde el tercer al onceavo lugar”.  Perón, retomando una frase que acuñó Aristóteles 300 años antes del nacimiento de Cristo, decía que “la única verdad es la realidad”. El problema es cuando, los que tiene la responsabilidad de conducir el país, se terminan creyendo sus propias mentiras.

El oscuro hotel K

En el acto de ayer, la presidenta mantuvo una teleconferencia con Maurice Closs, el gobernador de Misiones, una de la provincias más feudales que tiene nuestro país y con mayores índices de pobreza extrema.

¿El motivo? Dejar inaugurado un hotel de cuatro estrellas en la selva misionera que, supuestamente, requirió una inversión desarrollada por el Sindicato Argentino de Televisión de Puerto Iguazú. Según el sindicato, la obra costó $200 millones. Lo que no se dijo ayer, llamativamente, es que parte de la financiación fue aportada por el gobierno, a través del Banco Nación, que otorgó un crédito de $30 millones. Este mismo banco es el que le pone infinidad de trabas a las pymes para poder acceder a créditos destinados a intentar reactivar la producción.

Asimismo, el sindicato tercerizará la administración y la gestión del hotel, que estará a cargo de la cadena Accor, un grupo de francés dedicado a la hostelería, agencias de viajes, la restauración y la gestión de casinos. Hay algo que evidentemente no cierra:  un sindicato construye un hotel en la selva, con aportes del Estado, para dárselo a una empresa extranjera, que seguramente terminará instalando tragamonedas.

Eso no es todo. Durante el acto de ayer, la presidenta pidió que el próximo emprendimiento hotelero del sindicato televisivo sea en El Calafate. Incluso, el dirigente del gremio, que participó de la teleconferencia, confirmó que tienen proyectado un emprendimiento en esa zona de la Patagonia. Cabe recordar que existen serias sospechas de que muchos de los hoteles en El Calafate, vinculados con el kirchnerismo, se habría construido como forma de lavar dinero.