El famoso proyecto AMBA no solo se extendió a sindicalistas sino que también los perjudicados fueron los barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires.
En una investigación realizada por Página 12, se confirmó que Mauricio Macri y María Eugenia Vidal orquestaron otro de las tantos operativos, en la causa por espionaje ilegal, también en barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires.
Según pudieron establecer, se trataron de 87 agente de la Agencia Federal de Inteligencia, que estuvieron abocados al "proyecto AMBA", donde espiaban a comedores y merenderos, atesorando fotos de niños, comiendo y/o realizando otras acciones.
Cabe destacar que el presupuesto designado para estas labores fue de 10.000.000 de pesos de acuerdo a lo que estiman las fuentes judiciales.
Durante el gobierno de Cambiemos, fue el capítulo más extenso del espionaje, en territorio bonaerense.
“Nuestra idea es llegar cuanto antes para que el Parlamento argentino tenga un dictamen sobre lo sucedido. La trascendencia del tema nos obliga a actuar sin dilaciones”, había manifestado Leopoldo Moreau, quién se encuentra elaborando un informe sobre el espionaje en tiempos de María Eugenia Vidal como gobernadora de la provincia de Buenos Aires.
Lo cierto es que el poder de la AFI en la gestión de Cambiemos fue tomando mayor trascendencia, ya que multiplicó su presencia en la Provincia. De tener solo 3 sedes (La Plata, Mar del Plata y Bahia Blanca) a tener 9, debido a que se sumaron Ezeiza, Quilmes, San Martín, Morón y Pilar. La sexta llegó en La Matanza, debido al gran caudal de votos del kirchnerismo,los cuales el gobierno quería "controlar".
Según afirman, los 87 espías de Macri y Vidal se repartieron las nueve bases y tenían 15 autos para trasladarse e instrumentación de cualquier tipo para llevar a cabo acciones de vigilancia e infiltración: cámaras espía, micrófonos, grabadores, celulares y computadoras. Hasta incluso se encontraron documentos con pedidos de los agentes para comprar gorras, anteojos espía y drones.
Vigilaron de punta a punta la provincia de Buenos Aires y se metieron hasta en los actos de Cristina Fernández de Kirchner mientras competía para el Senado. Observaron a organizaciones como HIJOS y diferentes actividades como la del Premio Nóbel Adolfo Pérez Esquivel.
Sin embargo, el principal foco estuvo en lo que pasaba con los comedores y merenderos. Hicieron listas con los lugares, identificaron a los responsables, consiguieron sus teléfonos y sacaron fotos a los niños comiendo o jugando, bajo el argumento de que investigaban "malversación de alimentos".
“El objetivo final de la instalación del AMBA fue intervenir activamente en la escena política a partir de la inteligencia", explicó Federico Schmeigel, director del programa Control de Corrupción e Inteligencia ilegal de la CPM.