El IPS, una carta fuerte de Kicillof en busca de su reelección

El golpe de timón al frente del organismo previsional busca equilibrar las cuentas intentando evitar la armonización con la Anses. Cumplir esa meta significaría una muy buena victoria sobre la pesada herencia vidalista y una gran carta a la hora de volver a presentarse en las urnas en 2023.

Tras la renuncia del radical Eduardo Santín, el gobierno provincial formalizó el nombramiento de Marina Moretti a cargo del Instituto de Previsión Social (IPS) bonaerense, organismo que atraviesa un momento difícil, con un déficit importante.

Moretti, quien hasta hace poco se desempeñaba como subdirectora ejecutiva de la Anses (cuya titular es la marplatense María Fernanda Raverta), fue ungida a través del Decreto 39 publicado este jueves 20 de enero en el Boletín Oficial, quedando a cargo del organismo previsional bonaerense con el objetivo de equilibrar sus cuentas.

La ahora presidente del IPS tuvo un recorrido político en el que además fue concejala de San Andrés de Giles por el Frente de Todos y senadora provincial por la Segunda Sección Electoral.

Problemas heredados

No será fácil el camino que le queda por delante. Moretti asumió para reemplazar a Santín, quien había tomado las riendas con esta gestión y renunció a finales del mes pasado, tras no poder resolver los problemas heredados de la gestión de Vidal, que dejó al organismo bajo la lupa luego de que entre 2015 y 2019 obligaran a jubilarse a cualquier trabajador que hubiera alcanzado los años de aportes mínimos necesarios, inundando de beneficiarios el IPS y dejándolo sin equilibrio financiero.

En ese marco, y como contraste de lo que sucedió en los cuatro años anteriores, el año inicial de gobierno de Axel Kicillof puso un freno a las jubilaciones intempestivas y culminó con muy pocos nuevos jubilados en la Provincia: apenas 2.800.

Desequilibrio

Durante la gestión de María Eugenia Vidal, los retiros previsionales estuvieron cerca de los 80.000, casi 20.000 por año.

Solamente para darse una idea, Vidal, en apenas un mandato, aumentó en más de un tercio la cantidad de jubilados cuyos haberes dependían de la Provincia, lo que desencadenó el déficit que hoy soporta el IPS.

Pero como el sistema jubilatorio es un sistema solidario, en donde los trabajadores activos son quienes sostienen el pago a los pasivos, al quitar 80.000 activos de los aportantes y sumarlos a los pasivos, el desbalance provocó que se tenga que salir en busca de más aportantes para el sistema: una misión difícil.

Para lograrlo, los contratados bajo el régimen de monotributo que aportaban al sistema nacional de la Anses, pero que en rigor trabajaban para la Provincia, fueron pasados a planta y, como consecuencia, se transformaron de forma automática en aportantes del IPS.

La proporción correcta es de casi cuatro a uno, es decir que el aporte de cuatro activos sostenga la jubilación de un pasivo, algo que en la actualidad no solo no sucede, sino que se está muy por debajo de ese “ideal”, con una relación que es de 2,62 activos por cada pasivo.

Números y diferencias

Con ese panorama, “la armonización” con la caja de la Anses asomó como una posibilidad, aunque cabe destacar que cada intento de realizar esta fusión siempre terminó en oposición y fracaso. El caso es que sería una caída en los ingresos reales de los jubilados bonaerenses, ya que el sistema que aquí rige asegura movilidad automática de los haberes porque los aumentos de sueldos que consigue el personal en actividad se trasladan a los pasivos y, mientras en la Nación los hombres se retiran a los 65 años, en la Provincia lo hacen a los 60.

Otra de las diferencias es la forma para calcular el beneficio: mientras la Anses toma los últimos 10 años de trabajo, la Provincia considera los tres mejores años de aportes consecutivos o los cinco mejores alternados. De esta forma, el jubilado bonaerense puede retirarse con el mejor cargo que tuvo, algo que no ocurre en Nación.

Para el ejercicio 2022, la provincia de Buenos Aires asignará recursos al IPS por 443.000 millones de pesos, buscando atenuar el impacto de las medidas tomadas por Vidal, que rompieron el sano equilibrio, ya que la relación por aquel entonces era de 3,5 a uno.

A mediados de 2021, la jubilación promedio del IPS era de 50.000 pesos, cuando en Anses es de 27.000. En la Provincia solo el 4% cobra la mínima, cuando en la Nación lo hace el 75%. Estos datos marcan que el sistema provincial no solamente es mucho más ventajoso, sino que, en caso de que se diera una armonización, los pasivos bonaerenses sufrirían una igualación hacia abajo.

Adiós a las letras y al superávit

Pero no solamente el déficit del Instituto se puede explicar con la pérdida de empleados de planta permanente. A ello también debe sumarse la liquidación, durante la gestión de María Eugenia Vidal, de las letras que poseía el IPS y que dejaban buenos dividendos que compensaban los aportantes que faltaban. Todo ello hace que el último año con superávit de la joya de la administración provincial haya sido 2016; de ahí en adelante todo vino en picada.

Objetivo 2023

El objetivo de Moretti es claro y el camino que le queda por recorrer no es fácil, pero equilibrar las cuentas del IPS y evitar una armonización le daría a ella un triunfo que su antecesor no pudo encontrar y otorgaría al gobernador un golpe de efecto muy necesario de cara a 2023, donde todo hace prever que buscará una reelección.

Las intenciones de Kicillof pueden verse cada vez con más claridad en los proyectos que él ha denominado 6 x 6, que marcan que tras seis años malos (cuatro de Vidal y dos de pandemia) deben venir seis de recuperación (dos del resto de esta gestión y los cuatro de la siguiente). La apuesta es fuerte y el IPS puede ser el as en la manga con el que empiece a consolidar algo a lo que aspira pero que aún no confiesa a viva voz.

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