Mar del Plata deberá decidir entre el desempleo o la explotación offshore

Tras conocerse el estudio de impacto ambiental de la empresa noruega Equinor, La Feliz tendrá que definir si se inclina por un modelo que en materia laboral y económica podría ofrecer muchas más bondades que la pesca y el turismo.

La ciudad costera de Mar del Plata se encuentra ante una difícil decisión: o intenta generar una profunda transformación dentro de los límites de su actual modelo productivo, basado en lo que le da la industria pesquera y el turismo (que históricamente la han condenado a estar entre los lugares con más desempleo del país), o permite la explotación offshore de hidrocarburos a 350 kilómetros de sus costas.

De momento, ambientalistas y representantes del sector pesquero, junto a un juez que fue recusado y vuelto a ubicar, están evitando que la posibilidad de la explotación de recursos hidrocarburíferos ofrezca una realidad económica y laboral diferente a la que año tras año muestra a La Feliz como un lugar en el que el desempleo abunda.

Hasta ahora, Mar del Plata no es una ciudad de 12 meses. Durante buena parte del año muchas de sus propiedades se encuentran desocupadas, porque sus dueños viven, al menos, a 400 kilómetros de distancia, y están destinadas a la temporada de verano o a los fines de semana largos. En los cuatro meses que dura esa temporada, la localidad se transforma y la economía se revitaliza, pero entre marzo y noviembre la cuestión es bien diferente.

Desde el gobierno de la Provincia de Buenos Aires celebraron la autorización de parte de la Nación para la explotación offshore en el Mar Argentino. Pero esa autorización rápidamente encontró resistencia en los representantes de la industria pesquera y las organizaciones ambientalistas. Unos aseguran que la exploración sísmica acabará con su negocio y los otros remarcan que se podría provocar un daño a la población de la ballena franca austral.

La ansiedad de la Provincia está justificada, ya que el gobernador Axel Kicillof anunció desde su primer discurso ante la Asamblea Legislativa (en marzo de 2020) que era su intención hacer de Buenos Aires una zona petrolera. Para ello, ha intentado (aún sin éxito) que se incorpore a la Provincia en el grupo de jurisdicciones productoras de petróleo, ya que aquí se destila el 80% del crudo de la Nación, lo que le abriría las puertas de Vaca Muerta y sus negocios. Pero la posibilidad de que en las profundidades del Mar Argentino haya un equivalente al yacimiento ubicado en la cuenca neuquina solo podrá ser develada tras la exploración.

En ese marco, la empresa petrolera noruega Equinor difundió un estudio de impacto ambiental de la exploración petrolera que se proyecta realizar en la costa bonaerense de Mar del Plata y afirmó que es “bajo o despreciable”, y garantizó “medidas de mitigación”.

El informe señala que “se han evaluado todos los impactos potenciales de las actividades de adquisición sísmica planificadas”, al tiempo que remarca que el objetivo de esta empresa petrolera es “reducir el impacto tanto como sea posible, a un nivel aceptable”, garantizando que “para todos los impactos se implementarán medidas de mitigación”.

Además, Equinor indicó que el proyecto incluye un Plan de Gestión Ambiental que tiene como finalidad otorgar las pautas requeridas para la implementación de las medidas de mitigación propuestas para asegurar que el proyecto se lleve a cabo en cumplimiento de la normativa ambiental vigente.

En el mismo sentido, YPF destacó que “se podría generar una importante demanda de actividad local y empleo altamente calificado tanto en rubros existentes como nuevos en el país”.

Otro organismo que se pronunció en apoyo a la exploración y explotación petrolífera marina es el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires (Cipba). Su presidente, Norberto Beliera, argumentó que “las tareas están previstas con proyección sísmica, con observadores de la fauna marina a bordo, que son profesionales responsables de que, si se detecta a menos de 1.000 metros cualquier ejemplar, se detienen automáticamente los trabajos”. Recalcó que la zona donde se realizarían “no es de cría ni de reproducción, sino que es de tránsito de la ballena franca austral”. “El impacto sobre los animales se va a reducir a que eventualmente alguno de ellos va a tener que desviar su trayectoria” concluyó Beliera.

Un informe de YPF detalla la historia de Macaé, en la República Federativa del Brasil (donde fue descubierto el primer gran yacimiento del presal, que comenzó su desarrollo en el año 2009), que pasó de ser una localidad agrícola y pesquera a una ciudad industrial y de servicios con varios de los mejores índices económicos de ese país.

En los últimos diez años, Macaé tuvo un crecimiento económico del 600% y las empresas han crecido de 5.000 a más de 11.000, donde la mayoría de ellas están vinculadas al sector de servicios. Unas 60.000 personas trabajan en empresas vinculadas directamente a la explotación petrolera, y otras 50.000 lo hacen en forma indirecta. En tanto, el volumen de pescado es de 600 toneladas y se vende en Río de Janeiro y otros 12 estados, además de exportarse a los Estados Unidos y Suiza.

Desde la ciudad de Bahía Blanca se espera con ansias que Mar del Plata mantenga su postura y que, ante la imposibilidad de desarrollarlo allí, el gobierno bonaerense busque otro destino; Kicillof ya tomó nota de eso.

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