Marcelo Romero: “El sistema penal argentino es una joda”
El exfiscal platense consideró en declaraciones a diario Hoy que “estamos ante una nueva generación de delincuentes”, mientras que “hay jueces que les tienen lástima a los delincuentes, ministros que trabajan solo para el marketing y una Policía con estrategias del siglo pasado”.
El homicidio de Morena Domínguez (de 11 años) asesinada durante un ataque de motochorros en Lanús, el asesinato del médico en Morón, el ingeniero baleado en Palermo, la abuela que fue asaltada y golpeada en su casa de Tolosa son algunos de los últimos episodios de inseguridad que atraviesa nuestro país.
En ese marco, el exfiscal Marcelo Romero realizó en declaraciones a diario Hoy un análisis de esta situación y fue tajante: “Estamos ante una nueva generación de delincuentes”, y agregó: “Son extremadamente violentos, muy jóvenes, siempre hablando de mayores entre 18 y 23 años en su mayoría, bajo el consumo de estupefacientes, ya sea porque delinquen drogados o delinquen para conseguir droga y, como contrapartida, extremadamente cobardes”.
“Cuando la gente dice que se perdieron los códigos, tiene que ver con que, cuando yo ingresaba a los tribunales en el año 1986, los delincuentes que eran asesinos, ladrones, homicidas se hacían cargo, cuando la Policía los atrapaba se hacían cargo; se defendían, lógicamente, porque para eso existe el derecho a una defensa, pero cumplían con su pena”, ejemplificó.
La nueva delincuencia
Romero explicó entonces que “esta delincuencia improvisada (motochorros, entraderas, salideras) no se hace cargo, van a ver a los fiscales llorando, con la mamá o el papá en la puerta o sus parejas con sus bebés denunciando que la Policía los persigue y, en muchos casos, con actitudes más violentas, como una marcha quemando neumáticos para pedir la libertad porque aseguran que la Policía les tiene bronca”.
“Hablo de delincuencia improvisada pero muy violenta, armada con revólver calibre 38, con armas de 9 mm, no son réplicas de juguete sino que tienen alto poder de fuego, y además hay participación de menores imputables e inimputables, porque los delincuentes conocen la ley mejor que los abogados, saben que el menor es inimputable”.
En ese punto, el letrado cuestionó el sistema de responsabilidad penal juvenil: “Es un fracaso porque una y otra vez apelamos al pensamiento mágico. No tienen establecimientos adecuados, no tiene el personal adecuado ni capacitado frente a delincuentes muy violentos en muchos casos. Pasa algo similar con las cárceles, que son las mismas que se construyeron en las primeras décadas del siglo XX; la última que se construyó fue la de General Alvear en la provincia de Buenos Aires, el resto son alcaidías, es decir, estamos hablando de un combo explosivo”.
El “policía espantapájaros”
El letrado enfatizó además en que “no solo tenemos un sistema que se quedó en el tiempo, sino que tenemos una nueva generación de delincuentes que no se intimidan con los viejos sistemas de prevención; el delincuente actual no se intimida y la prueba está en que los que participaron de los saqueos se filmaron a cara descubierta en sus redes sociales”.
Romero tomó como referencia la película El pibe de Charles Chaplin, donde se ve a Chaplin, un niño, un farol de 1920 y un policía de aquel entonces con garrote, sin arma, un policía “de esquina”, de cercanía, que conocía a todos, y con eso le alcanzaba para intimidar. “Hoy en día se sigue insistiendo con la presencia policial, que son estrategias vetustas e impotentes, no sirven, no sirve poner policía espantapájaros, el delincuente hoy no se intimida con la Policía en la calle, desafía al sistema penal, y cuando pierde, lo hace convencido de que es completamente inocente”, detalló Romero.
“El cariz de la Justicia que tenemos hoy es abolicionista, se considera que el delincuente es una víctima. En la Facultad de Derecho lo que enseñan es que el delincuente es la víctima del sistema capitalista neoliberal que lo excluyó quitándole oportunidades y que ahora lo selecciona para encarcelarlo; con este combo es lógico que fracasemos”, sentenció.
La ausencia de inteligencia criminal
El exfiscal hizo hincapié, por otro lado, en la ausencia de inteligencia criminal que, según su mirada, “fue transformada en chusmerío de mesa de café” y se la usa “para carpetear al adversario, para extorsionar al sindicalista, al rival, a un periodista, y se desperdicia una cantidad enorme de personas que se formaron en la Escuela Nacional de Inteligencia, gente con mucha experiencia que podría estar haciendo un trabajo más útil, porque cabe señalar también que inteligencia criminal no es violar las garantías constitucionales”.
“¿Cómo puede ser que los vecinos conozcan a los delincuentes del barrio, conozcan dónde se vende droga, conozcan dónde se venden cosas robadas y el Estado no lo sepa para hacer prevención?”, reflexionó.
El marketing de la seguridad
Romero apuntó además contra el “excesivo marketing con el tema seguridad: hay dos carteras importantes en esta materia, una es la de Seguridad y otra la de Defensa; imaginemos un ministro de Defensa que diga dónde está su retaguardia, sus estrategias ante un eventual ataque extranjero, lo echan inmediatamente; en cambio, nuestro ministro está permanentemente diciendo cómo son los patrulleros, cuáles son las herramientas operativas, qué armas compraron, qué handies tienen... Lo vemos a (Sergio) Berni haciendo ostentación de las pocas herramientas que tiene para repeler al delincuente. No podemos darle información al delincuente porque la va a utilizar”.
Para finalizar, Romero sentenció: “Hace 35 años que se está insuflando en la Facultad de Derecho la doctrina abolicionista de Zaffaroni, tenemos jueces y fiscales agnósticos de la pena, que no creen, jueces y fiscales que sienten pena al aplicar pena, entonces el combo es letal: una Policía con estrategias del año 20, ministros que les dicen a los delincuentes las herramientas con las que cuentan y jueces que les tienen lástima a los delincuentes; el resultado no puede ser otro que este desastre”.