Masiva movilización a Plaza de Mayo en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner
Militantes y referentes del peronismo de la región platense concentraron más temprano en la Estación de Trenes, desde donde también partieron micros.
Luego del intento de asesinato a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en la jornada de ayer cuando regresaba a su domicilio, el Presidente decretó un feriado para esta jornada y convocó a la sociedad a reunirse en la Plaza de Mayo.
Desde La Plata, se congregaron en la Estación de Trenes diferentes organizaciones militantes y ciudadanos no agrupados. Además, en las inmediaciones aguardaban colectivos que también tenían como destino la concentración en el cruce de la Avenida 9 de julio y la Avenida de Mayo en Capital Federal.
Dos vecinas de La Plata hablaron con este multimedio narrando su vivencia de los impresionantes hechos de ayer por la noche. Fátima y Gabriela contaron cómo se enteraron, llamadas a ver la televisión y cómo le contaron a sus familiares.
Ambas vecinas se acercaron a la Plaza de Mayo solas, autoconvocadas.
Aunque todos los presentes esperaban que Cristina diera un discurso, la vicepresidenta no estuvo presente en el acto de esta tarde. En cambio, Alejandra Darín leyó un documento de representantes de organizaciones.
A continuación, el texto del documento:
La paz social es una responsabilidad colectiva
Frente al intento de asesinato de la principal dirigente política del país, nadie que defienda la República puede permanecer en silencio o anteponer sus diferencias ideológicas al repudio unánime que esta acción depara.
No hay manera de relativizar ni minimizar un intento de magnicidio. La solidaridad y el repudio de dirigentes de toda América Latina, de los EEUU, de Europa y del Papa Francisco, muestran que el mundo comprende cabalmente la gravedad de lo ocurrido. En el mismo sentido se expresó el movimiento obrero organizado, entidades empresarias, comunidades religiosas, asociaciones deportivas y demás organizaciones intermedias del país. También gran parte de la dirigencia política nacional, a quienes agradecemos que comprendan que la convivencia democrática debe prevalecer sobre cualquier desacuerdo político.
El “límite”, del que hemos oído hablar mucho en las últimas horas, no se cruzó ayer. Si no queremos que la intolerancia y la violencia política arrasen con el consenso democrático que hemos construido desde 1983 a la fecha, debemos contextualizar lo ocurrido anoche contra la vicepresidenta Cristina Kirchner: Desde hace varios años, un sector minúsculo de la dirigencia política y de sus medios partidarios, viene repitiendo un discurso de odio, de negación del otro, de estigmatización, de criminalización de cualquier dirigente popular o afín al peronismo, y aún de cualquier simpatizante. Todos hemos visto movilizaciones donde se pasearon por las plazas más importantes de la Capital Federal bolsas mortuorias, ataúdes o guillotinas.
No es inocente ni gratuita la legitimación de discursos extremos, de llamados a la agresión, de planteos que niegan legitimidad democrática del adversario político. Nadie es individualmente responsable por las acciones de otros, pero quienes cedieron minutos de aire a los discursos de odio deberán reflexionar sobre cómo han colaborado para que lleguemos hasta esta situación.
La vida democrática es incompatible con el accionar de minorías violentas que pretenden llevar de las narices al resto de la sociedad, u obligar a determinada dirigencia a tomar posiciones cada vez más sectarias con tal de contentar a esa supuesta clientela electoral.
La convivencia en el marco de un orden democrático también es el umbral de las condiciones necesarias para el desarrollo de nuestros hijos y nuestras hijas. El daño que producen las acciones y las palabras violentas en las mentes de niños y niñas es una condena para el futuro de la Argentina.
El pueblo argentino está conmovido, impactado por lo ocurrido, incluyendo a millones que no simpatizan con Cristina ni con el peronismo. En honor a todos nuestros compatriotas es que hacemos este llamamiento a la unidad nacional pero no a cualquier precio: el odio afuera.
La masiva movilización en Plaza de Mayo en el lente de Gabriela Manzo