Preocupa el estrés y el agotamiento de los trabajadores de la salud

Llevar sobre los hombros la responsabilidad de enfrentar la segunda ola tiene un costo. La ansiedad y angustia diarias trae consecuencias emocionales y físicas.

Mucho se habló sobre el síndrome de burnout o el estrés que vivieron las y los trabajadores de la salud con el estallido de la pandemia, algo que en plena segunda ola de contagios de coronavirus se intensificó por la altísima demanda de internaciones.

“La pandemia nos deja varias dimensiones de análisis, una de ellas es la psicosocial, y lo que tiene que ver con lo sanitario está explotado porque es imposible estar preparado para algo así, ni en insumos, hasta en recursos humanos. Los trabajadores de la salud cambiaron su modo de trabajo como todos, pero para ellos fue radical porque no solo debieron tener cuidados extra en el trabajo y en el hogar, ahí apareció la angustia de contagiar a sus familias”, dijo a diario Hoy el psicólogo laboral, Diego Quindimil.

Según manifestó el especialista, que recibió consultas de personal sanitario desde médicos de UTI hasta trabajadores de limpieza de los hospitales, como hay menos personas de las que se requiere para atender la crisis, hubo que darles responsabilidades a quienes estaban en proceso de aprendizaje, como residentes o recién egresados que tuvieron que atender situaciones críticas sin estar listos.

“Es una situación de mucho estrés y angustia, porque cuando se realiza un trabajo para el que no tenés todos los conocimientos, sufrís una situación de ansiedad por no poder estar a la altura de las circunstancias. Esto genera un coctel explosivo desde lo emocional, no solo a nivel psíquico sino también físico”, señaló.

Por otro lado, uno de los problemas que surgieron es la falta de reconocimiento en términos sociales hacia la tarea que realizan.

Entonces, sumado a la recarga laboral, también “hay un sentimiento de enojo, porque no se sienten cuidados por la sociedad ni reconocidos en términos económicos, entonces salen a la calle ven que no hay cuidados y sienten que todo su trabajo carece de sentido”.

“Lo que vemos en ellos es un mayor estado de vulnerabilidad y estrés, se ve la pérdida o incremento del apetito y lo que se conoce como burnout, estar quemado en el trabajo y no poder tomar las decisiones adecuadas e incluso desarrollar ataques de pánico o fobias, no poder realizar la tarea por estar agotado, es muy complejo”, especificó Quindimil.

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