Proponen cambios para eliminar el “techo de cristal” en la Justicia
Modificaciones en el Consejo de la Magistratura, cupo de género para la cobertura de vacantes y un presupuesto específico son algunas de las medidas propuestas para equilibrar la balanza en el Poder Judicial, en momentos en que el Gobierno parece más dispuesto que nunca a avanzar en reformas.
Un panorama paradójico se da en la Justicia argentina: las mujeres ya son mayoría, pero la cúpula aún está dominada por hombres. Así lo revela un informe al que tuvo acceso diario Hoy, el cual, además de desmenuzar las causas de la desigualdad de género en el Poder Judicial, diseña una serie de propuestas para equilibrar la balanza, que hoy por hoy se inclina fuertemente hacia un lado.
Para romper esta desigualdad, el estudio, realizado por una alta funcionaria del Ministerio Público Fiscal, recomienda cambios en el reglamento del Consejo de la Magistratura (órgano encargado de designar, sancionar y remover a los jueces), que hoy está encabezado por el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Horacio Rosatti, en un contexto en que el Gobierno nacional mantiene un fuerte enfrentamiento, no solo con el máximo tribunal argentino, sino también con parte de la Justicia federal, que funciona en la sede porteña de Comodoro Py.
Un dato que viene al caso: todos los actuales integrantes de la Corte son hombres, así como casi todos los jueces federales enfrentados con el Gobierno. Una excepción es María Eugenia Capuchetti, la magistrada que tiene a su cargo la investigación del atentado contra la vida de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
Además de las modificaciones reglamentarias, el trabajo de investigación también recomienda que se implemente un cupo de género para cubrir las vacantes que se vayan produciendo en el Poder Judicial, así como que se dedique un presupuesto específico para planificar, desarrollar y evaluar los concursos a través de una perspectiva de género.
“Las mujeres representan el 54% del sistema de Justicia argentino, pero ocupan apenas el 25% de los cargos de mayor jerarquía”, señala Johanna Cristallo, directora interina de la Agencia de Acceso a la Información Pública del Ministerio Público Fiscal de la Nación, ex secretaria letrada durante la gestión de Alejandra Gils Carbó en la Procuración General y autora del informe publicado por Fundar, una organización dedicada al diseño de políticas públicas. “A pesar de estar en promedio más capacitadas, del total de quienes se presentan a los concursos para ser juez/a apenas el 23% son mujeres. Existen barreras invisibles que las desalientan a competir para ocupar puestos de mayor decisión y jerarquía”, agrega.
El título del trabajo, Techo de cristal en la Justicia argentina, refiere al concepto que se utiliza para graficar esas barreras invisibles que enfrentan las mujeres en el intento de acceder a los estratos superiores de una organización.
Un testimonio recogido en el informe revela una de las maneras en que las mujeres, a pesar de contar con la misma o mayor capacitación que sus pares masculinos, encuentran dificultades para quedar a la par. En 2022, una aspirante a jueza contaba: “Una vez que se pone en los listados, todos entramos a un mismo concurso de méritos y de oposición, con intervenciones orales, con pruebas escritas y demás; (pero) creo que hay que ponerle ojo a la manera en la que se diseñan estos concursos, porque muchas veces están basados en estándares pensados en hombres. Por ejemplo, parece un criterio objetivo pensar en número de publicaciones, pero a veces las mujeres, debido a la maternidad, no pudimos publicar. Me parece que los criterios de los concursos muchas veces son ciegos a estas situaciones diferenciadas. En apariencia son objetivos, pero no hacen lo suficiente para considerar la situación de las mujeres”.
Es por eso que Cristallo señala: “El problema del techo de cristal en el Poder Judicial no puede pensarse de forma aislada, sino que está relacionado con la tensión entre la vida familiar y la laboral, y en cómo ésta repercute de manera distinta para hombres y mujeres en detrimento de ellas”.
Por ese y otros motivos, la Comisión de Selección de Magistrados y Escuela Judicial del Consejo de la Magistratura reveló que solo un tercio de los aspirantes a ingresar en la Justicia son mujeres, tal como lo informaba diario Hoy en su edición del martes 7 de marzo. Por suerte, la proporción se viene equiparando a lo largo de los años, pero la gran mayoría de los ternados para los cargos judiciales siguen siendo varones.
El informe de Fundar sugiere seis líneas de acción para romper el “techo de cristal” y mejorar el balance entre hombres y mujeres, no solo en los niveles inferiores y medios, sino también en la cúpula de la Justicia.
Se trata de “promover modificaciones reglamentarias que contemplen las distintas barreras sociales y culturales con las que las mujeres se enfrentan en la evaluación de sus antecedentes”; establecer “un cupo de género que garantice la equiparación en la integración de las cámaras entre varones y mujeres”; dar mayor peso en el puntaje final a los exámenes de oposición que a los antecedentes, ya que “está constatado que las personas jóvenes y las mujeres rinden, en promedio, mejores exámenes”; generar “evidencia empírica constante y actualizada para monitorear los datos y evaluar si se modifican o no con el tiempo los números de mujeres inscriptas a los concursos”; impulsar campañas de comunicación para “incentivar a las mujeres a presentarse a los concursos”; y, finalmente, diseñar “una política presupuestaria de concursos con perspectiva de género, destinando recursos específicos a su planificación, desarrollo y evaluación”.
En momentos en que el Gobierno se muestra más interesado que nunca en promover reformas en el Poder Judicial, por ejemplo, ampliando drásticamente el número de integrantes de la Corte, las recomendaciones de Fundar pueden ser la base de proyectos legislativos que tiendan a nivelar la cúpula de la Justicia.