El ajuste del gobierno de Macri

Recorte nacional, al rojo vivo

Durante 2016 el macrismo implementó un fuerte ajuste en sectores esenciales como Salud, Educación y Trabajo, acortando gastos por más de 20.000 millones de pesos. Esta situación generó severas falencias en equipamiento, infraestructura, planes de capacitación y edificaciones. Las cifras de una realidad inocultable

"Desde el Estado estamos invirtiendo miles de millones de pesos para solucionar la pobreza en la Argentina”, declaró hace unas semanas el Presidente Mauricio Macri, intentando valorizar el dinero destinado desde Nación para paliar la grave crisis social y económica que atraviesa el país por estas horas.

La realidad indica que los hechos no coinciden con los postulados de las autoridades nacionales, ya que durante 2016 el Gobierno redujo fondos por más de 20.000 millones de pesos para sectores claves del andamiaje social, como por ejemplo Salud, Trabajo y Educación, así como también en planes esenciales para la subsistencia de los sectores más humildes de la sociedad.

De acuerdo a los datos brindados por la Secretaría de Hacienda de la Nación, el plan de ajuste ideado por el macrismo recortó el financiamiento a diversas obras y programas que se llevaban adelante a lo largo y ancho del país. Uno de los campos más perjudicados por este accionar fue el educativo, donde en acciones de Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica, a cargo del Ministerio de Educación, se recortaron $1.212,7 millones.

En el programa Más escuelas, mejor educación, que destinaba fondos para mejorar la infraestructura de los colegios, se rebajaron, de 2015 a 2016, $774,1 millones. 

En equipamiento y obras escolares se menguaron $202,4 millones; en acciones compensatorias, $248,9 millones, y en gestión educativa, $100,7 millones.

En lo que respecta a la ejecución de obras destinadas a la construcción de escuelas, se asignaron de un año para el otro $772,3 millones menos. En tanto, en asistencia financiera a universidades nacionales para la ejecución de obras de mantenimiento e infraestructura, hubo una merma de 669,3 millones de pesos.

Reducción total

Otros sectores que sufrieron bajas en sus presupuestos fueron el sanitario y el laboral.

En la adquisición de equipamiento, en el marco de las acciones de fortalecimiento de la capacidad del sistema público de salud, a cargo del Ministerio de Salud, la contracción fue de $116,3 millones. Esto se aceleró con la decisión de reasignar fondos dirigidos a hospitales públicos de las diferentes provincias por casi $900 millones. A eso le siguió que las transferencias a distintos territorios del Interior del país para el desa­rrollo de infraestructura productiva sufrió una quita de $767,2 millones si se lo compara con 2015.

Por su parte, desde el área laboral se disminuyó la cantidad de plata girada a iniciativas orientadas al desarrollo de infraestructura productiva para programas como Argentina trabaja o Ellas hacen, donde los números de la Secretaría de Hacienda marcan que se asignaron $1.984 millones menos. Además, se recortaron 979,8 millones de pesos en desarrollo e infraestructura, mientras que en acciones de capacitación laboral, por parte de las autoridades, se gastaron 43 millones de pesos menos que el año anterior, acortando fondos en la instrucción de los millones de desemplea­dos que hoy pueblan la Argentina.

En definitiva, se trata de cifras oficiales que marcan la desidia y la apatía oficial ante la agobiante realidad que viven los ciudadanos. A pesar de las promesas efectuadas por el jefe de Estado, el abandono y la indiferencia ganan terreno, afectando a más de 40 millones de argentinos.

Un 0 en urbanización

Uno de los planes que sufrieron recortes sustanciales en sus presupuestos fue el destinado a la readecuación de zonas y barrios precarios, donde en los primeros 12 meses de la gestión de Mauricio Macri sus dineros se redujeron en 189 millones de pesos, un 14% menos en 2016 con respecto a 2015.  

Esto se suma a los datos brindados por la Auditoría General de la Nación (AGN), que indican que, en el primer año de gestión de Cambiemos en la conducción de la Casa Rosada, solo se concluyó con el 14% de las soluciones habitacionales dispuestas por el Plan federal de urbanización de villas y asentamientos precarios.

La vivienda, lejos de las prioridades oficiales

Mientras en la Argentina faltan más de cuatro millones de casas, desde el oficialismo  realizaron recortes en los fondos destinados a la solución habitacional 

El lanzamiento en las últimas semanas de una nueva etapa del plan Procrear fue realizado con algarabía por parte del Gobierno, que pretendió dar a entender que el envío de fondos de los bancos públicos permitiría a millones de argentinos cumplir con el sueño de la casa propia.

Sin embargo, la realidad pareciera propinarle un nuevo y duro cachetazo a los planes oficiales, ya que, de acuerdo a los datos que muestra la Secretaría de Hacienda de la Nación, durante 2016 se hizo evidente una mala disposición de los fondos por parte de las autoridades nacionales.

Las condiciones deficitarias que padecen el 30% de los hogares del país se vieron incrementadas ante el recorte del macrismo. En asistencia financiera para la ejecución de obras de infraestructura habitacional en suelo nacional, se asignaron 2.775,1 millones de pesos menos que en 2015, agravando la delicada situación que dejó el kirchnerismo tras sus 12 años en el poder.

Este escenario calamitoso se agiganta si se tiene en cuenta que el programa destinado a efectuar acciones para el Mejoramiento habitacional e infraestructura básica, dependiente del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, se redujo en un 68%, en una cifra que supera los $3.639 millones. Se pasó de los $5.369 millones que se dieron en 2015, a los $1.730 millones ejecutados el año pasado.

Partidas, en caída libre

En políticas de fortalecimiento comunitario del hábitat, que tienen como fin generar condiciones para el acceso popular a viviendas dignas en todo el territorio nacional, el Gobierno contrajo el aporte en un 79%, asignando $3.148 millones menos, reflejando un accionar que se reitera a lo largo de todos los despachos de la administración macrista.

A este hecho se le agrega que el dinero que era absorbido para la formulación, programación, ejecución y control de obras públicas bajó considerablemente. Solamente durante el año pasado, se reasignaron partidas presupuestarias por 2.713 millones de pesos, lo que hizo que muchos de los planes de vivienda que se realizaban en la Argentina se vieran paralizados en su ejecución.

Situación parecida se vivió en relación con el dinero dirigido a los organismos provinciales encargados de ejecutar la obra pública y los planes de vivienda coordinados por la Nación, que disminuyeron sus fondos en un 58% en los primeros 12 meses de Cambiemos en lo más alto del poder, pasando de los $6.135 millones a los $3.551 millones. 

Las cifras expuestas con anterioridad dan cuenta de una cruda realidad que demuestra el desacople entre el discurso oficial y los hechos, situación que no es asumida por las autoridades, lo que lleva a la Argentina a sufrir una de las peores crisis habitacionales de su historia.

Empresas del Estado, sin presupuesto

Muchas de las empresas pertenecientes al Estado nacional recibieron el año pasado mucho menos dinero que en 2015. A la cabeza de este ranking se encuentra Enarsa, que obtuvo $12.150 millones menos para la ejecución de políticas energéticas.

Idéntica situación vivió Aerolíneas Argentinas, que percibió $1.109 millones menos; Yacimientos Carboníferos de Río Turbio tuvo un recorte de $335,6 millones; mientras que en la compra de equipamiento para la Dirección General de Fabricaciones Militares se sufrió una reducción de $210,5 millones.

En materia de recorte presupuestario, encabeza la triste nómina la firma ARSAT (Argentina de Soluciones Satelitales), que vio recortado su presupuesto en un 95% para la ejecución de políticas en telecomunicaciones, pasando de recibir $3.592,6 millones en 2015, a los $186,7 millones que consiguió el año pasado.

En extremo déficit comunitario

Uno de los claros ejemplos de la inacción social por parte del Gobierno nacional  puede observarse en otras órbitas de la administración pública. Como en el área de Desa­rrollo Social, donde en acciones de promoción y protección social, a cargo del Ministerio que conduce Carolina Stanley, se recortaron $972 millones. En gastos de servicios de transporte para enfermos o discapacitados se contrajeron fondos por $191 millones.

En otros sectores se achicaron gastos en forma constante, como ocurrió con lo destinado al Desarrollo Integrador del Norte Grande, que recibió el año pasado $346,8 millones menos que en 2015.

La asistencia financiera a gobiernos municipales en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros se disminuyó en $2.050,2 millones; en acciones para el Desa­rrollo de la Infraestructura Social se recortaron $357,2 millones, y en la ejecución de obras de infraestructura por parte de la Anses, asociadas a la remodelación y puesta en valor de sedes regionales, se resignaron $104,5 millones.

Sin gastos ministeriales

No solo diversos programas sufrieron recortes en el dinero gastado el año pasado, sino que también eso pudo verse en los diferentes ministerios. La Jefatura de Gabinete de Ministros que conduce Marcos Peña redujo los fondos en un 37,4%, pasando de los $7.131,8 millones de 2015 a los $4.463,9 millones de 2016.

En el Ministerio de la Producción de Francisco Cabrera sucedió algo similar, destinándose $1.075,4 millones menos; mientras que el Ministerio del Interior, al mando de Rogelio Frigerio, percibió $1.349,7 millones menos.

En medio de la grave crisis energética que sufre la Argentina (que llevó a la implementación de fuertes tarifazos en las boletas de los servicios públicos), en la ejecución de obras de infraestructura energética, en el ámbito del Ministerio de Energía y Minería que lidera Juan José Aranguren, se contrajeron fondos por $8.086,5 millones.

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