Una sentencia con historia

La persecución judicial por parte de Kreplak contra el ingeniero, empresario y sindicalista Marcelo Balcedo es en reacción a su incansable lucha en defensa de los derechos de los trabajadores, siguiendo el legado de su padre Antonio frente al Soeme.

Antonio Balcedo, fundador del diario Hoy, no solo fue un hombre de grandes ideas, sino que tuvo el coraje que hace falta para defenderlas y ser consecuente con ellas durante toda una vida. Nunca ocultó su identidad política, aunque eso implicara pagar el costo de la persecución política en plena dictadura.

Hijo de un enfermero y una empleada de frigorífico, Antonio además de estudiante, incursionó en el mundo del trabajo desde temprana edad, lo que le hizo comprender la necesidad de los trabajadores de fortalecerse sindicalmente. Es por esto que decidió ponerse al frente del Sindicato de Obreros y Empleados de la Minoridad y la Educación (Soeme) donde se atrevió a defender los derechos laborales en tiempos en que se ultrajaban las conquistas obreras, castigando el trabajo y recompensando la especulación.

Balcedo sufrió en carne propia la violencia que imperaba en la Argentina de esos días: cuando se conocieron los resultados electorales, las Fuerzas Armadas reaccionaron con pá­nico ante la victoria peronista en gran parte del país, principalmente la de Framini en Buenos Aires, y se realizó un planteo de golpe de Estado. El presidente Frondizi trató de calmar al Ejército e intervino las provincias, donde ganó el peronismo. 

Además de Marcelo y Myriam, tuvo un tercer hijo: el diario Hoy. Estaba convencido de que para cambiar la realidad es imprescindible librar una batalla de ideas, desenmascarar a los farsantes, denunciar las tropelías del poder, escuchar las voces de los más castigados. Luego de su trayectoria como periodista político, Balcedo decidió que había que jugarse entero por un proyecto periodístico que alzara su resistencia y dejara oír lo que muchas voces venían diciendo desde abajo.

Defensa de los trabajadores

En 2012, Antonio fallece y es su hijo Marcelo quien asume la dirección del Sindicato de Obreros y Empleados de la Minoridad y la Educación (Soeme), con la misma premisa: conquistar derechos y defender los ya establecidos, en un período donde aquellos que dirigieron los destinos del país priorizaron el ajuste y la especulación.

Hasta el día de hoy, el ingeniero continúa denunciando el armado de causas por parte del poder político (expuesto en la “Gestapo” antisindical) y judicial (con la intervención del juez federal Kreplak del Soeme). El hijo de Antonio expuso en innumerables publicaciones en este multimedio el plan que se puso en marcha para llevar a cabo un ataque contra el salario de los trabajadores y para frenar a los representantes de la política de ultraderecha, propia del gobierno de Cambiemos tanto a nivel nacional como provincial.

Es por esto que, con la demostración de que existió una fuerza estatal comandada por el expresidente Macri y la exgobernadora Vidal para perseguir y detener a dirigentes sindicales no afines a su política de ultraderecha, no queda más que esperar que las causas armadas comiencen rápidamente a declararse nulas. De este modo, se podrá ver al ingeniero Balcedo nuevamente en nuestra ciudad peleando por los derechos del movimiento obrero y la libertad de expresión.

Marcelo Balcedo

Marcelo Balcedo también se reconoció víctima de la violencia mediática, con acusaciones respecto a irregularidades en su mandato frente al sindicato. En principio, el dirigente se defendió y dijo en distintas oportunidades: “Jamás tuve un peso del sindicato”.

“Dediqué mi vida a trabajar no solo desde la conducción del sindicato, sino también a partir de la dirección del diario Hoy y la Red 92”, dos medios que aportan a la transparencia de la información y el fortalecimiento de la democracia.

“Cuando tenía 32 años me presenté a la licitación de radios con un patrimonio declarado de más de 7 millones de dólares", explicó también el ingeniero y agregó: “En la Argentina los empresarios tenemos que morder y escupir para llegar a donde llegamos, pero jamás en mi vida les toqué un peso a mis compañeros, jamás acepté una coima y jamás hice acuerdos con nadie vinculado al Estado”.

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