Vaca Muerta: crece la participación de petroleras extranjeras en desmedro de YPF

Mientras la empresa nacional bajó sus inversiones en esa área, las firmas transnacionales se asientan sobre los desarrollos hechos por el Estado argentino. A su vez, se han limitado los derechos laborales y se redujeron las fuentes de trabajo en el sector

Las políticas emanadas desde el Ministerio de Energía han generado muchos dolores de cabeza al conjunto de la población desde que Mauricio Macri  asumió la Presidencia. Los incrementos en las tarifas de luz,  de gas y el precio de los combustibles son claros ejemplos de ello.

A principios de año, el Presidente anunció un plan de explotación del yacimiento Vaca Muerta. Aquel programa, que fue presentado por Macri como “una verdadera revolución del trabajo”, terminó siendo la llave para que empresas petroleras extranjeras se vieran beneficiadas por la explotación del yacimiento, a costa de todo el trabajo anterior que había realizado YPF y de la flexibilización de los derechos laborales de los obreros argentinos.

El trabajo de la empresa estatal

La exploración en Vaca Muerta fue impulsada por la gestión de Cristina Fernández de Kirchner desde el año 2012, lo que conllevó un largo proceso de aprendizaje y la asunción del riesgo empresarial a cargo del Estado argentino. 

De este modo, la mejora en la productividad de los pozos y la reducción de los tiempos de perforación que hoy existen en el yacimiento se deben principalmente al salto tecnológico y a los nuevos métodos de trabajo incorporados por YPF en los últimos cinco años.

Joaquín Rodríguez, economista y jefe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) Río Negro-Neuquén, en diálogo con este medio explicó que “YPF hizo distintos emprendimientos, lo que generó que se fueran haciendo cambios técnicos, porque muchas veces en la parte hidrocarburífera no se sabe cómo van a comportarse los reservorios, hasta que se empieza a trabajar ahí”. En este sentido, resaltó que “el hecho más destacable” de la petrolera nacional “es que funcionó como show room, es decir, para demostrar que la explotación no convencional podía tener un de­sarrollo, que podía ser técnica y económicamente posible”.

Golpe de timón

En línea con la política que había llevado adelante el gobierno kirchnerista, de acuerdo a un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la participación de YPF sobre la inversión total de hidrocarburos no convencionales creció sensiblemente hasta fines de 2015: en 2012 participaba con el 50%, aumentó al 57% en 2013 y alcanzó su punto máximo del 74% en 2014. Si bien se mantuvo elevada la inversión, presentando un 68% en 2015, a partir de 2016 comenzó una caída de su participación, siendo las proyecciones para 2017 de solo el 56% (casi 20 puntos porcentuales menos respecto del pico de 2014). 

Hernán Letcher, economista y uno de los responsables del informe, señaló a este diario que “cuando uno analiza las razones de esta disminución, se encuentra con que el grueso del esfuerzo de todo lo que tiene que ver con determinar las posibilidades de invertir en los yacimientos lo hace YPF y, cuando esos yacimientos son exitosos, las empresas privadas son las que toman el impulso y la participación estatal se corre de esa tarea”.

Por su parte, Felix Herrero, abogado y economista especializado en energía, consideró que “las empresas extranjeras no se la han jugado en Vaca Muerta” y agregó: “YPF viene bajando todas las inversiones”. “Estamos ante una empresa que está siendo exageradamente endeudada. La política petrolera no puede estar en manos de un CEO de una empresa multinacional”, concluyó .

Un traje a medida para los empresarios

“Hay un comportamiento desde YPF, también instalado como política general vinculada a los hidrocarburos, que apunta a beneficiar a empresas privadas, a partir no solo de esta situación planteada en términos de inversión, sino que han garantizado la rentabilidad y adicionalmente todo lo que tiene que ver con el proceso de flexibilización laboral”, dijo el economista Hernán Letcher.

Por su parte, Joaquín Rodríguez expuso que “una particularidad de los pozos no convencionales es que tienen una curva de producción distinta a la tradicional. Es una oportunidad para las empresas de monetizar muy rápidamente las reservas que tengan, porque explotando van a obtener rápidamente producto del subsuelo y lo van a vender a un precio muy alto”.

Las empresas de capital transnacional se vieron beneficiadas por el acuerdo avalado por Macri, el cual incluyó modificaciones en los convenios colectivos de trabajo de los petroleros, avalado por sus propios dirigentes. Entre las normas establecidas, se ordenó el contrato de trabajo a plazo determinado (finaliza la tarea y termina el vínculo laboral), un nuevo régimen de descanso y en las rotaciones, la suspensión del pago de las “horas taxis” (las horas por el traslado hasta los yacimientos) y la reducción de las dotaciones de personal en cada línea de operación.

Pese a lo expresado por el Presidente, quien presentó auspiciosamente la propuesta para los petroleros, Letcher indicó que “ha habido y continúan los despidos de manera masiva del sector”. “Son 5.300 los despedidos este año y 12.820 desde la asunción de Macri”, informó.

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