Afirman que el hecho está esclarecido pero el asesino no aparece

El homicidio perpetrado contra una jubilada de 83 años en Berisso está encaminado, pero el sospechoso se mantiene prófugo. Es un expresidiario

Mientras los investigadores aseguran que el homicidio perpetrado contra una jubilada de 83 años dentro de su casa de Berisso el pasado viernes, el asesino continúa prófugo y, si bien los pesquisas están detrás de su pista, aún no lograron dar con él, señalaron ayer fuentes judiciales, quienes pidieron no brindar el nombre del responsable del hecho “para evitar que se siga escapando”.

La última novedad del caso fue la aparición de Adrián Velázquez, secretario de Seguridad de la comuna de Berisso, quien no tuvo dudas en afirmar que “es un hecho lamentable que me tocó personalmente porque es la abuela de una sobrina política mía, pero ya está esclarecido”. 

Sin embargo, el Gabinete de Homicidios de la DDI no puede dar con él, pese a los allanamientos que se llevaron a cabo en las últimas horas tanto en Tolosa como en El Dique, Ensenada, y ahora sospechan que podría haberse ido “al Conurbano”. 

El sindicado autor, como informó Trama Urbana de manera exclusiva en su edición del sábado, es un exyerno de la víctima, aunque la mujer con quien había tenido una relación no era la hija de la anciana, sino su hijastra, de 42 años: “la había adoptado y vivieron juntos hasta su adolescencia, hasta que ella (por la menor) se fue”, manifestó un allegado a la familia. 

Por su parte, Velázquez agregó que “la seguía visitando e iba al menos una vez al mes a verla; la ayudaba con las compras de medicamentos e, incluso, una vez fue con la persona a la que ahora se busca. El agresor conocía la casa y el barrio porque ya había estado ahí”. 

Presidiario 

Este hombre, de 37 años y que salió hace una semana de la Unidad 26 de Olmos, donde estuvo preso por diversos delitos, ingresó durante la tarde del viernes al domicilio de Festa, ubicado en Pasaje San Martín y 33 del barrio Banco Provincia, y la atacó con un objeto contundente, aplicándole dos golpes en la cabeza para después intentar asfixiarla con un cable. Tras matarla, se apoderó de alhajas, electrodomésticos como un televisor, y se dio a la fuga en taxi. El hecho fue descubierto alrededor de las 20, y los pesquisas encontraron a la damnificada (que tenía dos hijos, seis nietos y siete bisnietos) en el comedor de la propiedad, que no había sido revuelta “de manera excesiva”. 

Uno de sus nietos indicó que “la tuvimos que velar con el cajón cerrado, por cómo le destrozó la cara”.