Condenaron al padrastro de Mía Aguirre a 45 años de prisión y a su madre a ocho años

Mía estaba bajo el cuidado de su abuela pero la justicia ordenó que volviera con sus padres que finalmente la mataron.

El Tribunal Oral en lo Criminal I de La Plata condenó a 45 años de prisión a Nicolás Argañaraz (37) y a 8 años de cárcel para Cecilia Cabrera (29), padrastro y madre biológica respectivamente de Mía Aguirre, la nena de 3 años violada y asesinada el 20 de agosto del 2014 en una vivienda de Berisso.

Para los jueces Cecilia Inés Sanucci, Hernán Javier Decastelli y Ramiro Fernández Lorenzo, quedó acreditado que, durante la fecha mencionada, Cabrera llevó a su hija al hospital Larraín argumentando que se había caído. Pero cuando los médicos la revisaron, encontraron que tenía hematomas en la cabeza, el abdomen y en los cuatro miembros, además de fracturas de cúbito y radio izquierdo, y fractura costal derecha. Asimismo, determinaron que había sido abusada sexualmente.

Ese mismo día, la Policía se hizo presente en la vivienda del sujeto con la orden de detención del juez de Garantías del caso. Para la Justicia, Argañaraz violó reiteradamente a su hijastra, además de matarla. Por su parte, la progenitora de la nena fue imputada por no haber evitado y, consecuentemente, tolerado con conocimiento respecto al maltrato sufrido por la niña, el cual “se prolongó en el tiempo”.

Los magistrados también tuvieron en cuenta las declaraciones del padre biológico de Mía y de su abuela materna, Roxana Allegre. Ambos llegaron al juicio acompañados por sus abogados, Andrea Reynoso y Matías Pietra Sanz, y de la fiscal Silvina Langone.

Según la mujer, ella fue quien crio a la víctima “hasta que se la sacaron (por orden judicial)” y que la criatura “estaba siempre bien hasta que se fue con la madre, y ahí ya la veía golpeada”. También dijo que la “Justicia fue lenta”.

Un testimonio similar lo dio el progenitor de la niña. El hombre destacó lo bien cuidada que estaba la menor cuando vivía con su abuela materna, a quien iba a visitar cada 15 días, pero todo cambió cuando la chiquita fue restituida, por orden de un juzgado de familia, a su madre, donde a menudo se la veía con signos de golpes y otros maltratos.

Apelarán a Casación

Otra de las declaraciones claves fue la de Carolina Tafi, médica del hospital Sor María Ludovica de La Plata. La profesional relató que “el cuerpo de la nena hablaba”, porque este “tenía todos los libros de lesiones que se estudian en Medicina”. “Hace siete años que no me puedo olvidar este caso”, enfatizó la doctora, en alusión a la brutalidad del crimen de Mía.

Los jueces le aplicaron esa pena a Argañaraz por el delito de “homicidio simple en concurso real con abuso sexual agravado por acceso carnal y por haber sido cometido ­contra un menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo”.

En tanto, Cabrera fue condenada por el delito de “homicidio calificado por el vínculo en el que median circunstancias extraordinarias de atenuación”. Asimismo, los magistrados le otorgaron a la madre de Mía la prisión preventiva bajo la modalidad de arresto domiciliario, medida que generó gran descontento tanto entre los familiares de la niña así como en sus abogados, quienes le confirmaron a este multimedio que recurrirán al Tribunal de Casación, ya que consideran que 8 años es muy poco para su progenitora por toda la desatención que padeció la menor.

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