El parricida de Vicente López fue trasladado a una cárcel común

El imputado por "doble homicidio cuádruplemente agravado" deberá cumplir allí la prisión preventiva que le impuso la Justicia de San Isidro.

Martín Santiago Del Río, el detenido como presunto autor del doble parricidio de Vicente López, fue trasladado este viernes a la Unidad 48 de San Martín para cumplir allí la prisión preventiva que hace una semana le impuso la Justicia de San Isidro, informaron fuentes judiciales.

Tras pasar 37 días detenido en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, donde fue alojado en un calabozo aislado, al imputado por "doble homicidio cuádruplemente agravado" le salió el cupo para una cárcel del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Su alojamiento en una cárcel común fue ordenado el viernes de la semana pasada por el propio juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa, que avaló toda la investigación de la fiscalía y le impuso a Del Río (47) la prisión preventiva.

Doble crimen

El abogado, expolicía y comerciante José Enrique Del Río (74) y su esposa María Mercedes Alonso (72) aparecieron asesinados -él de tres balazos y ella de uno- el pasado 25 de agosto en el interior de su automóvil en el garaje de su casona de la calle Melo 1101, de Vicente López.

Si bien tras el hallazgo de los cadáveres había sido arrestada la empleada del matrimonio asesinado, María Ninfa "Nina" Aquino (64), como presunta "entregadora", el 7 de septiembre los fiscales detuvieron al hijo menor de los fallecidos, Martín, como supuesto autor de un doble parricidio.

La preventiva

A pedido de los fiscales y en base a prueba fílmica, tecnológica y testimonial, el juez Costa dictó el viernes último la prisión preventiva de Del Río como autor de un "doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causa" (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la prisión perpetua.

Para los fiscales, el móvil fue económico y está vinculado a los desmanejos financieros del imputado con los bienes y negocios familiares y la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del barrio porteño de Núñez, valuado en más de un millón y medio de dólares, y que Del Río hijo nunca pudo concretar.

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