En entradera fallida, balearon en la cabeza a un colectivero

En total recibió cuatro disparos, tres de ellos en el brazo. Fue interceptado por tres delincuentes, cuando ingresaba el auto al garaje de su casa de San Carlos. Los ladrones lograron escapar sin perpetrar el ilícito

En una brutal y despiadada entradera que quedó en tentativa, un colectivero recibió cuatro disparos de uno de los tres delincuentes que lo interceptaron, uno de ellos en la cabeza, cuando se disponía a guardar el auto en el garaje, acompañado por su mujer, en un violento incidente que tuvo lugar anoche en San Carlos, informaron fuentes policiales y judiciales. 

El hecho tuvo lugar cerca de las 21 en una vivienda de 43 entre 149 y 150, cuando Armando Rogelio Cuello (43) se disponía a entrar el coche junto con su esposa, Silvina Pérez (41). Entonces surgieron los ladrones, al menos uno de ellos armado, que intentaron ingresar al interior de la propiedad. Como no pudieron hacerlo, ni tampoco quitarle las pertenencias a los damnificados, los malvivientes decidieron huir pero antes uno de ellos efectuó cuatro detonaciones: tres pegaron en el brazo del hombre y el cuarto en la cabeza, quedando el proyectil alojado en el cuero cabelludo. 

Malherido, fue trasladado por su señora al Hospital Italiano, donde se constató que, milagrosamente, su “vida no corre peligro”, aunque pasó la noche en observación y bajo cuidados médicos. Un jefe de la fuerza que dialagó con el sujeto en el nosocomio admitió ante Trama Urbana  que “tuvo un Dios aparte”. 

Consumado el incidente, personal policial de la subcomisaría La Unión, siguiendo las instrucciones de Ignacio Rosales, titular de la Jefatura Distrital Oeste, arribó al lugar del hecho junto con sus pares del Comando de Patrullas La Plata, pero no pudo dar con los responsables, quienes se dieron a la fuga. 

Por orden de la fiscalía penal en turno, se solicitó la presencia de los detectives de la DDI y de los peritos de la Policía Científica, quienes hicieron un relevamiento con el fin de hallar evidencias que puedan llevar hasta los cacos. La causa fue caratulada como “tentativa de robo, abuso de arma y lesiones graves”.

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