“Fue una pesadilla, nunca pensé que nos podía pasar algo así”

Así se expresó Nélida, una jubilada que fue víctima, junto con su marido y su hermano, de una entradera en la que participaron cinco ladrones. Luego de asaltarlos, los delincuentes cruzaron a la casa lindante y la desvalijaron, llevándose incluso dos cachorros

Pasadas las 15 de ayer, tres jubilados sufrieron un violento asalto en su casa de 63 entre 23 y 24 por parte de cinco delincuentes armados, quienes los maniataron, les cubrieron los rostros, realizaron destrozos en todo el lugar y les robaron más de 20.000 pesos y una computadora. Sin embargo, no conformes, cruzaron a la casa de al lado y la desvalijaron, llevándose incluso dos perros.

Nélida (73), una de las víctimas, dialogó con Trama Urbana y dio detalles del hecho: “Habíamos terminado de almorzar y mi marido, que había salido un momento, dejó la puerta abierta sin querer. De pronto, escuchamos ruidos y vimos que empezaban a entrar varias personas. Nos gritaron que no nos moviéramos o nos metían un tiro en la cabeza”.

“Nos llevaron al comedor, nos ataron a las sillas y nos cubrieron con sábanas. Yo tenía terror de que nos lastimaran. Uno se quedó vigilándonos y el resto revisó la casa. Rompieron todo, hasta el horno buscando plata, y pudieron encontrar una vieja lata de galletas que usaba mi marido para guardar dinero”, agregó la mujer. Cabe destacar que Carlos (71), su esposo, sufre mal de Parkinson.

Siguiendo con su relato, la víctima comentó afligida: “No sé cuánto estuvieron porque ese momento se hizo eterno. Fue una pesadilla, nunca pensé que nos podía pasar algo así. Pensar que ayer le decía a mi vecino es tranquilo el barrio, en 30 años nunca nos pasó nada, pero ellos me decían que ponga rejas”.

“Yo creo que nos entregaron del banco, porque hace unos días mi hermano hizo una extracción. Se llevaron en total más de 20.000 pesos que te­níamos ahorrados para hacer arreglos en la casa. Ahora tenemos que volver a empezar, y no sé cómo, porque somos gente grande”, concluyó entre lágrimas Nélida.

Los ladrones, por su parte, no conformes con el dinero robado, cruzaron a través de la medianera a la casa lindante, donde no había nadie. Una vez dentro, revolvieron toda la vivienda, haciéndose con otro cuantioso botín. En diálogo con diario Hoy, Claudia Beilla, la segunda damnificada, aseguró: “Llegué del trabajo y encontré todo destruido. Se llevaron una computadora, oro, alhajas, ropa, y plata. Incluso me robaron dos caniches recién nacidos”.

Luego de perpetrar el segundo ilícito, los malvivientes emprendieron la fuga. Ya sin la presencia de los malhechores, Carlos logró soltarse y liberó a su mujer y su cuñado, para luego dar aviso a la Policía. Así, se hicieron presentes agentes del Comando de Patrullas La Plata, al mando de Ricardo Astopini, quienes asistieron a las víctimas.

Hasta el cierre de esta edición, los implicados seguían siendo intensamente buscados. La causa fue caratulada como “robo, daños y privación ilegítima de la libertad”.

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