Habló Thomsen, se revictimizó y pretendió alejarse del asesinato
Desde la Alcaidía de Romero dijo que la patada mortal no fue suya, y relató que Fernando le pegó a uno de sus amigos. “No me siento un asesino”, señaló el condenado a perpetua.
Por primera vez en más de cuatro años, el asesino condenado a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa (18) en Villa Gesell, Máximo Thomsen, rompió el silencio desde la Alcaidía de Melchor Romero, donde está encerrado junto a los otros siete cómplices.
Tras cambiar de abogado, el joven que fue encontrado culpable del delito de “homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con lesiones leves” intentó desligarse de la autoría del hecho y señaló a uno de sus secuaces, Ciro Pertossi.
En diálogo con Telenoche, dijo que el día del crimen estuvieron tomando todo el día en la playa, y para las 19 ya “estaba borracho”. Refirió que entre diez tomaron seis botellas de fernet y cuatro de vodka, para después seguir con la previa en otro lugar. “Consumía mucho alcohol, era mi manera de divertirme. Cuando salía me emborrachaba, era mi necesidad par soltarme”, pretendió justificarse.
“No pensé que con las manos se podía matar”
Sobre la gresca dentro del boliche, previa a masacrar a golpes a la víctima, indicó que “estaba en la barra y siento que alguien se me cae encima. Era Matías (Benicelli), que me dijo que le pegaron y después me enteré que había sido Fernando. Un seguridad lo agarró del cuello y también me sacó a mí. Después supe que Matías intentó separar a Fernando de una pelea, nunca supe contra quién, y él le pegó en la cara, porque se habrá sentido amenazado. Yo nunca tuve contacto visual con Fernando”.
Una vez en la calle, su grupo se agarró a trompadas otra vez, pero con otro, y después vieron otra vez a Báez Sosa. “La primera piña se la pegó Enzo (Comelli). Yo fui atrás a meterme en el grupo, me pegaron en el mentón y empecé a pegar patadas al aire. Después me enteré que le pegué a Fernando. Tiraba patadas, no tenía noción de lo que hacía, solo sabía que estaba en una pelea nada más”.
Además, destacó que él no fue quien le pegó en la cabeza la patada mortal a la víctima, sino “Ciro (Pertossi), y tampoco le llegó a impactar. Solo me acuerdo que entré pateando, pero no recuerdo por qué le quedó la marca en la cara. Que nos culpen por lo que pasó, no por lo que dicen que pasó. Yo fui partícipe y le pegué, pero no quise esto (matarlo). Es difícil porque es un cargo de consciencia importante porque uno no lo busca. Fernando era una persona como nosotros, joven. Murió por culpa nuestra, pero nadie lo quiso hacer. Podemos ser buenos, malos, pero ninguno quiso que terminara como terminó. Es una vida y nadie es quién para quitársela a otra persona”.
Detalló que “nadie se representó el resultado, no festejamos tras la pelea. No fue idea de ninguno matar. Cuando me fui no pensé que lo habíamos matado, ni se me representó que podía matarlo mientras le pegaba. No pensé que con las manos podía hacerse. Me enteré al otro día, en el allanamiento y tomé consciencia esa noche en la comisaria. No siento un asesino. Si pudiera hacer algo sería volver el tiempo atrás para que nadie tenga que perder la vida”.