La Zona Norte de la región, abandonada y a merced de los delincuentes
Vecinos reclaman por mayor seguridad ya que aseguran que los delincuentes “se pasean” por la zona .
Toda la zona norte de nuestra ciudad es acechada por ladrones que realizan asaltos casi a diario y en distintas modalidades, generando la preocupación de los vecinos por la creciente ola de inseguridad. En las últimas horas, se registraron al menos tres episodios delictivos con escasas cuadras de diferencia.
Uno de los tantos episodios de esta naturaleza tuvo lugar en City Bell, en calle 464 entre 18 y 19, cuando un grupo de entre seis y diez malvivientes ingresaron a una vivienda con fines de robo. Una vez que ganaron el interior de la finca, comenzaron a buscar objetos de valor. Entonces, comenzó a sonar la alarma vecinal, por lo que finalmente los cacos se dieron a la fuga rápidamente.
El hecho quedó grabado por las cámaras de seguridad instaladas en la zona. Según la descripción que hicieron algunos testigos, los responsables eran una banda de jóvenes que se movilizaban a bordo de bicicletas; mientras que otros iban caminando, merodeando el barrio e intentando encontrar un domicilio que tuviera un acceso fácil para perpetrar el golpe.
Cuando finalmente divisaron su objetivo y se dispusieron a ingresar, una mujer de una vivienda lindera los pescó in fraganti e hizo sonar la alarma vecinal, por lo que finalmente los individuos huyeron del lugar espantados. Unos veinte minutos después arribó la Policía al lugar, pero los malvivientes ya se habían escapado, y por lo tanto no pudieron atraparlos.
A pocas cuadras de este primer episodio se produjo otro hecho. En la zona de calle 461 entre 17 y 18, un grupo de sujetos, que aparentemente, se movilizaban en un auto blanco, quiso llevarse las herramientas de trabajo que las víctimas tenían adentro de una camioneta. Pero justo fueron divisados por un vecino, quien los ahuyentó desactivando el robo.
Mientras tanto, en el barrio de Villa Castells, otros dos individuos protagonizaron una situación similar, actuando a plena luz del día y a cara descubierta. Todo sucedió en 490 entre 12 y 13, cerca de las 14 horas, cuando un joven caminaba por allí, haciéndose el disimulado, sacó una pequeña barreta de entre sus ropas y forzó la reja de acceso.
Luego de violentar la entrada, se escapó del lugar. Pocos segundos después, llegó su cómplice, que tenía una gran mochila en sus espaldas e ingresó sin ningún tipo de problemas. A pesar de la maniobra, no pudieron llevar a cabo el asalto y finalmente se dieron a la fuga, pero quedaron grabados por la cámara de seguridad de la casa.
En diálogo con diario Hoy, Silvia, la víctima del intento de robo, comentó: “Pasó uno y tocó tres veces el timbre, no salió nadie porque yo dormía. A los minutos, pasó otro, rompió la cerradura y se fue. Volvió el primero y entró directo a una ventana, corrió el mosquitero y la cortina. Yo lo confundí con mi hijo, le hablé y se escapó”.