“Lo venían persiguiendo y se defendió”

Los investigadores que analizan la tentativa de entradera con un delincuente muerto en Hernández creen que el dueño de la casa actuó en legítima defensa. Trama Urbana te cuenta los detalles del caso que conmocionó al barrio

El barrio de Hernández continúa conmocionado por la brutal y sangrienta entradera que se registró la noche del viernes, por la cual se desató un despiadado tiroteo entre la víctima y los ladrones que culminó con uno de ellos muerto, siendo el primer homicidio que se registra en el año.

Como adelantó este medio en su edición anterior, el gravísimo suceso tuvo lugar en la puerta de una casa emplazada en 508 bis entre 26 y 27, a las 22.30. Hasta allí llegó Federico Ricardo Fernández Carus manejando su camioneta Toyota Hilux, se bajó de la misma, abrió el portón del garaje, guardó el vehículo y se dispuso a cerrar el acceso por el cual ingresó. La secuencia que le sigue a esa acción no está todavía corroborada por las autoridades policiales, pero se cree que el hombre, un empleado de la Cooperativa de Vivienda, de 43 años, llegó a entrar a su vivienda y agarrar una pistola Glock calibre .45 de su propiedad y debidamente documentada. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué se armó? Según los vecinos consultados por esta sección ayer, en la cuadra donde se desarrollaron los acontecimientos, el individuo “se había dado cuenta, momentos antes, que lo estaban siguiendo, por lo que quiso defenderse”. 

Lo cierto es que cuando Fernández fue hacia el portón para cerrarlo, ya con la pistola en su poder, se le aparecieron dos masculinos, “los mismos que lo venían persiguiendo”, según un lugareño.

 Por lo que luego reconstruyeron los peritos, los dos delincuentes acababan de bajar de un auto marca Ford Galaxy de color azul, en cuyo interior viajaban otras dos personas, constituyendo una banda de cuatro cacos en total. Sin embargo, algunos residentes del barrio dijeron que vieron “una camioneta sospechosa, que desapareció después del hecho”. 

“Hubo varios disparos”

Dispuesto a defender su hogar y siendo consciente del peligro que corría, Fernández no dudó en utilizar su arma. Lo que todavía no se sabe es quién inició la ráfaga de disparos, aunque los primeros peritajes realizados en la escena del hecho por personal de la Policía Científica indicarían que fueron los maleantes. “Se desconoce aún cuántos tiros hubo, pero fueron un montón. En el lugar quedaron varios casquillos y los frentistas escucharon al menos diez detonaciones”, detalló un vocero judicial. 

En el intercambio de disparos, quien peor la pasó fue uno de los ladrones, que recibió un tiro y cayó malherido a 15 metros de la escena, pese a que llevaba puesto un chaleco antibalas de Gendarmería. El proyectil ingresó por la parte superior de la cintura, atravesó la columna de lado a lado y quedó alojado en la parte de atrás. El caco falleció poco después en el Hospital San Roque de Gonnet. El malviviente que sobrevivió ganó la huída a los tiros y logró subirse al vehículo con sus cómplices, perdiéndose en la oscuridad, posiblemente herido también. Con la luz del día, se hizo todavía más evidente la gravedad del asunto: tanto en la finca del damnificado como en su coche quedaron varios impactos de bala.

Los primeros en arribar a la escena fueron los agentes del Comando de Patrullas de Ricardo Astopini, quienes convocaron al Gabinete de Homicidios de la DDI de Daniel Cantarini, a los peritos y a Marcelo Romero, de la UFI 6. En el lugar se incautó la pistola 9 milímetros marca Bersa con su cargador, usada por el fallecido (que tenía pedido de secuestro), y un handy, pero no de frecuencia policial. En cuanto al chaleco, no tenía numeración ni identificación.

Pasó una noche aprehendido y recuperó la libertad

Marcelo Romero, que se retiró de la escena del crimen a las 5, dejó en libertad a Ricardo Fernández luego de tomarle declaración y entender que se debió a un caso de “legítima defensa”. Sobre el hombre, se supo que “es cazador, tiene varias cabezas de animales colgadas en su vivienda”. Además, por orden suya, los peritos de la Científica trabajaron también durante la mañana de ayer, buscando evidencias bajo la luz natural, ya que el trabajo nocturno se complicó para que finalizaran con las pericias, debido a que la cuadra posee una escasa iluminación artificial.

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