Los detalles de la brutal entradera que sufrió la anciana de Tolosa

La mujer implicada quedó formalmente detenida. Durante el atraco, su hijo y cómplice de 12 años le sugirió que estrangulara a la víctima con un cable

"Matala, mamá, matala con esto” le dijo un nene de 12 años a su madre durante una entradera en Tolosa. Esto mientras le enseñaba el cable de un alargue que estaba manipulando y con el que pretendía que su progenitora estrangulara a la anciana dueña del lugar. Ella permanecía en una silla maniatada y sujetada también del cuello.

La jornada pasada, se conocieron más detalles del brutal asalto que sufrió en su domicilio de calles 529 entre 118 y 119 una jubilada de 87 años, a quien atacaron para quitarle la minúscula suma de 250 pesos y un paquete de fideos.

Mientras, la imputada de 38 años se negó a declarar ante Marcelo Romero, el fiscal que tiene la causa. Se solicitó que la aprehensión de la mujer se convierta en detención formal y la investigación avanzó a paso firme con los testimonios de los otros protagonistas de esta cruel historia.

La palabra de mayor preponderancia la tuvo, desde luego, la propia víctima, quien relató frente al titular de la UFI Nº 6 los pormenores de lo que fue una mañana de terror.

Dijo que a las 11.20 tocaron el timbre de su domicilio y que, al salir a ver, se encontró con una señora junto a un nene que le pidió si le podía limpiar la vereda a cambio de lo que pudiera darle. Ella aceptó y regresó al interior del hogar. A los pocos minutos, nuevamente la alertó el timbre y la misma mujer le solicitó pasar al baño, refiriendo que estaba embarazada y que era urgente. Sin desconfiar de nada, se mostró también de acuerdo y les abrió la puerta tanto a la falsa trabajadora como a su hijo.

Golpe a traición

Dentro de la casa, comenzarían a dibujarse los trazos gruesos de la acción. Antes de pasar al baño, la implicada le preguntó a la abuela si podía darle un vaso con agua. Otra vez, la respuesta fue positiva y se dirigieron ambas a la cocina.

Le dio la espalda a la visitante con el fin de cumplimentar su buena acción y entonces sintió un fuerte golpe en la cabeza. “Dame toda la plata porque te mato” escuchó la damnificada a continuación, todavía aturdida por la agresión.

El robo se había puesto en marcha y su protagonista agarró un cuchillo que allí encontró y se lo colocó en el cuello a la otra parte, provocándole una incisión. Luego le ató a una silla las manos y el cuello con una sábana y con la situación completamente a su favor, le propinó más golpes en el rostro a la vez que le exigía plata.

Tras recorrer las instalaciones, se apoderó del mencionado efectivo y los fideos y fue entonces cuando su hijo, presente y testigo de toda la escena, le dijo que la matara.
Si no lo obedeció fue porque justo sonó el timbre y escaparon a toda velocidad, será imposibile de determinar qué hubiera pasado si no hubieran llamado. Lo cierto es que así como entraron, salieron: por la puerta principal.

Pasaron junto al vecino que había activado el timbre y al hacerlo, ella le dijo al niño: “Vos no viste nada” según se desprende de la declaración del testigo que oyó ese imperativo.

La hampona no llegó a alejarse muchos me­tros porque la Policía ya estaba al tanto del hecho, alertada por otro frentista al que le parecieron extraños los movimientos. Y la atraparon incluso con el magro botín en su poder.

Cortes y un fuerte dolor de cabeza

Se determinó que las lesiones de la víctima, tras ser revisada y curada por personal idóneo en el Reconocimiento Médico Legal correspondiente, eran de carácter leves.

De acuerdo al parte médico, la mujer padeció un hematoma en el párpado inferior derecho; una excoriación lineal superficial en la región mandibular derecha; una escoriación lineal superficial en el lado derecho del cuello; una lesión cortante superficial en la piel de la región palmar de la zona, entre el primer y segundo dedo de la mano derecha y un hematoma y edema con dolor y disminución de la movilidad en la región de articulación metacar-falangica y en el primer falange del quinto dedo de mano del mismo costado. Además, padeció una cefalea a predominio de región occipito-interpariental.

Por otra parte, se estableció que la persona que tocó el timbre con el robo aún en proceso era un vecino que había ido a cortarle el pasto a la damnificada. “Fui a las 11.30 y vi que de repente salió una mujer que no conocía, de tez trigueña, robusta, con pelo largo y una mochila, junto a un menor de 1.60 metros, también morocho, pelo corto y mochila” pormenorizó.

Y añadió que como le pareció sospechoso, entró junto a otro lugareño y vio a la anciana en la cocina atada de manos y cuello a la silla. Por último, otro frentista reconoció a la implicada como la mujer que estaba limpiando la vereda. La ladrona quedó detenida bajo la carátula de robo calificado por empleo de arma, agravado por la participación de un menor”.