“No tengo palabras para agradecer que sigo con vida”

El jubilado fue baleado en el abdomen por un ladrón en Tolosa. Como informó en exclusiva este medio, se encontraba en estado delicado. Ahora, tras superar una cirugía, continúa en terapia intensiva. El relato del afectado 

Los testimonios de víctimas de la delincuencia dan cuenta del miedo que genera tener que seguir saliendo a la calle con la sensación de que, en cualquier momento, se puede perder la vida al sufrir un hecho de inseguridad. Así lo reflejó en una entrevista con este medio Reynaldo Ángel Bigne, el jubilado de 78 años que fue baleado en el abdomen luego se ser interceptado por un ladrón, el viernes cerca de las 11.30, en Tolosa. 

Entre los distintos pacientes que están internados en la sala de terapia intensiva del Hospital Rossi, Reynaldo se encuentra recuperándose tras afrontar una larga y difícil cirugía, mediante la cual los médicos rastrearon una bala que había quedado alojada dentro de sus intestinos.

Según relató una enfermera, “tuvieron que extraerle unos centímetros de intestino por los daños que había generado el disparo”. Ahora resta que pueda superar la instancia posoperatoria y que su salud se estabilice con la ayuda de medicamentos, para poder trasladarlo a una sala común. 

El robo 

A pesar de estar entubado y conmocionado por los hechos vividos, el ingeniero retirado se esforzó por contar cómo fue el ataque que sufrió cuando circulaba con su vehículo Mercedes Benz por 120 y 524: “Eran las 11.30, iba manejando mi auto con las ventanillas de adelante bajas, por el calor. En una esquina reduje la velocidad y ahí fue cuando me sorprendieron dos hombres, de no más de veinte años. Uno de ellos se metió dentro de mi coche y me apuntó, ante lo cual reaccioné para no dejar que me robe. Forcejeamos y ahí fue cuando apoyó el arma sobre mi panza y me disparó”. En la mano derecha del individuo se pueden ver moretones y heridas que sufrió mientras intentaba defenderse. 

“En el momento no podía creer lo que me había pasado. Duró un minuto, durante el cual creí que me moría. No tengo palabras para agradecer que sigo con vida. Los médicos me regalaron un tiempo más acá, así que espero recuperarme porque creo que me quedan cinco años más para disfrutar de mi familia”, manifestó. 

Los cacos, libres  

Desde fuentes oficiales trascendió que, una vez que los malhechores consumaron el ataque, el herido condujo hasta una estación de servicio cercana, donde gritó para pedir ayuda y uno de los empleados del lugar accionó un botón antipático. Gracias a eso el personal policial del Comando de Patrullas arribo inmediatamente para asistir al damnificado. 

Las personas responsables por la desgracia que tuvo que vivir el anciano se dieron rápidamente a la fuga y, al cierre de esta edición, continuaban siendo buscadas por la Justicia. 

Noticias Relacionadas