Robos y ataques a balazos a casas, la triste realidad diaria de la ciudad de La Plata
Delincuentes desvalijaron un local del microcentro, mientras que a un vecino le sacaron su auto. A otro, en Gonnet, directamente lo balearon su domicilio
La inseguridad en La Plata sumó nuevos perjudicados en las últimas horas, y de los más variados. Por un lado hubo que lamentar dos robos, y por otro, el atentado a la casa de un hombre que fue víctima de lesa humanidad. Todos los casos tienen un punto en común: la impunidad, ya que las autoridades de la Fuerza no lograron dar con ninguno de los responsables, por lo que hasta el cierre de esta edición no había personas detenidas.
En primer lugar, dos delincuentes entraron a robar a un comercio céntrico durante los festejos por el campeonato mundial obtenido por el Seleccionado Argentino el pasado domingo. De acuerdo a una cámara de seguridad que registró el suceso, los hampones -aparentemente menores de edad- se acercaron hasta el Adidas de 9 y 50 y destrozaron la vidriera. Una vez que la rompieron, ganaron el interior y se alzaron con diferentes prendas, para luego escapar con rumbo desconocido. Pese a que los agentes de la Fuerza tienen en su poder las grabaciones, todavía no pudieron dar con los autores.
En tanto, sujetos desconocidos se robaron un auto de El Mondongo. El atraco tuvo lugar en las calles 1 y 65 y nada se sabe de los perpetradores. “Acá hasta que no haya muerto nadie va a hacer nada. Pero ni siquiera así, porque ya mataron a varios vecinos durante robos, mientras la Policía mira para otro lado. Son cómplices y trabajan para los ladrones liberando la zona y no mandando patrulleros cada vez que se llama al 911. El otro día asesinaron a un periodista en su casa de La Loma durante una entradera y el caso sigue impune, no hay nadie detenido”, se lamentó un vecino.
Ataque demencial
Además, un gravísimo suceso se materializó ayer a la madrugada en Gonnet, más precisamente en una vivienda ubicada en 28 y 512, donde reside Juan Carlos Guillermet. El hombre, de 72 años, es víctima de lesa humanidad y dormía cuando tirotearon su domicilio. “Pensé que eran explosiones, pero tenía toda la casa baleada”, se lamentó.
La indignación es mayor porque, según adujo, tiene una custodia monitoreada de la Policía Federal, que no impidió que lo atacaran. De hecho, contó que fue la tercera vez que atentan contra él.