Secuestraron a dos amigos y quisieron fusilar a uno

Lo obligaron a arrodillarse y le detonaron en la nuca, pero el proyectil no salió. Actuaron ocho delincuentes, que les sacaron dinero a las familias de ambas víctimas

Arrodillate y tapate los oídos que te voy a matar”, fue lo que le dijo uno de los ocho delincuentes a Jonathan, un joven que fue secuestrado ayer junto a un amigo. La víctima obedeció la orden, pero un milagro salvó su vida: pese a que el ladrón disparó, la bala no salió. 

Si bien el hecho trascendió ayer, ocurrió el pasado miércoles frente a la panadería de José Carbone, una de las víctimas, en La Tablada, partido de La Matanza. Hasta ese lugar llegaron cinco cacos en un Chevrolet Corsa, secundados por otros tres a pie, quienes se aproximaron a los jovenes y los obligaron a subirse al coche, llevándolos cautivos, para luego llamar a sus familiares y pedir 100.000 pesos de rescate. 

La mujer del panadero reunió $6.000, una PlayStation, tres celulares y una tablet, y los dejó en el punto de encuentro pactado, cerca del lugar del secuestro. A los allegados de su amigo, en tanto, les sacaron $10.000 y objetos de valor, que dejaron en Capital Federal. 

Sin embargo, en un momento, los delincuentes intentaron ir hasta las casas de las víctimas para obtener más dinero pero Jonathan se negó. Lo golpearon e intentaron fusilarlo, poniéndolo de rodillas en el coche. 

“No pude hacer nada porque estuvimos siempre encañonados y no vimos a donde íbamos ya que nos pusieron una capucha en la cabeza. Estaban re jugados”, recordó el joven y añadió: “Ellos nos apuntaban con el arma, nos pegaban y nos pedían plata. Yo no tenía y nos decían que el que no tenía, no salía vivo”.

Amenazas 

Jonathan dijo que uno de los malvivientes lo amenazó con matarlo porque no contaba con efectivo, a lo que él respondió: “¿Me bajo o me tirás acá?”. “Y dijo que me tiraba ahí. Yo me arrodillé y le hice caso, ya estaba resignado”, agregó. 

Como si fuese poco, los autores del hecho aseguraban no tener miedo porque “los patrulleros estaban arreglados” y decían ser “profesionales”. Por último, el damnificado esgrimió que, cuando los soltaron, no lo podían creer, puesto que los secuestradores “estaban muy locos”. 

Ambos fueron liberados en Villa Lugano, y asistidos por efectivos de la Policía de la ciudad. En tanto, en una serie de allanamientos para dar con los responsables, se logró capturar a dos de ellos, de 23 y 37 años. 

Agentes policiales aprehendieron al de 23 cuando circulaba en el Corsa utilizado para el atraco, pese a que intentó escapar. En su poder tenía 5.000 pesos, tres anillos, una cadena de oro, un reloj, celulares y dos billeteras, todo reconocido por los perjudicados. El otro, en tanto, cayó en un allanamiento.

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