Cuando el deporte salva vidas

Después de sufrir el aplastamiento de su médula espinal por un accidente de moto, el olavarriense Lucas Aspiroz encontró su pasión en el canotaje. Será el único representante argentino en esa disciplina en los Juegos Paralímpicos

El deporte salva vidas” es una frase que siempre tendrá presente cada persona que haya padecido un cambio brusco en su cotidianidad debido a un accidente. No es la excepción el caso de Lucas Aspiroz, hombre de 36 años nacido en Olavarría que sufrió a los 19 un incidente vial que modificó su realidad de forma severa.

El aplastamiento de médula espinal significó, para el único representante nacional en canotaje en los próximos Juegos Paralímpicos, la pérdida total de la movilidad de sus piernas; un golpe durísimo a tan corta edad para una persona que siempre estuvo vinculada a la actividad deportiva. 

No obstante, el olavarriense enfrentó la adversidad que se le presentó y decidió seguir adelante pese a las complicaciones propias de un accidente de semejante índole. 

Ante esta situación, Aspiroz encontró una luz de esperanza en el paracanotaje, el cual complementó con el apoyo incesante de su familia. Se propuso seguir por ese camino de esperanza, demostrando que la discapacidad no es sinónimo de dependencia.

—¿Cómo decidiste hacerle frente a la adversidad e inclinarte por el paracanotaje?

—Desde el accidente, siempre hice cosas para mantenerme en forma, y el canotaje me pareció una buena propuesta. Entendí que la discapacidad no significaba vivir dependiendo de los demás. Así asumí la vida, con el agregado de que ahora hago algo que tiene notoriedad pública.

—¿Qué consejos les darías a las personas que pasaron por una situación similar?

—No me considero un ejemplo como para dar consejos, pero si puedo decir, a modo de opinión, que nunca hay que olvidarse de la familia, que es un pilar fundamental en nuestras vidas. Creo que salí adelante por ellos, sentía la necesidad de que ellos me vieran bien, para poder robarles una sonrisa. No me daba cuenta pero  me estaba haciendo un bien a mí mismo, era un efecto dominó. Solamente puedo decir que nada es imposible, que nuestras vidas cambian en un segundo.  Es hermoso ver sonreír a nuestras familias, a nuestros seres queridos.

—¿Cómo te estás preparando?

—Hace un mes que me venía preparando para la competencia en República Checa y ahora ya estoy instalado en San Pablo, después de un paso por Misiones. Seré el único representante argentino en la especialidad de KL1 en 200 metros. Tengo la esperanza de conseguir alguna medalla en mi primer Juego Olímpico, me preparé durante mucho tiempo para lograr eso.

—¿Qué opinión tenés sobre el presente del deporte paralímpico en el país?

—Ojalá se siga apostando al deporte, porque la verdad que las medallas no se pueden ganar en un mes o en tres. Creo que estamos bien posicionados. Ojalá que siga creciendo la política deportiva en lo que refiere al amateurismo. Vamos por el buen camino.