Gustavo Matosas, a corazón partido

Mitad uruguayo y mitad argentino, el técnico de Estudiantes atendió a este diario y vaticinó la forma en la que podría presentarse el partido

Gustavo Matosas nació en Buenos Aires el 27 de mayo de 1967. Exactamente tres años después, Estudiantes ganaba su tercera Copa Libertadores ante Peñarol en Montevideo. 

Está claro que desde muy temprana edad, el destino se empecinó en cruzar al entrenador con el Pincha y Argentina, pese a haberse radicado en Uruguay y nacionalizado hace más de 30 años. 

Por su pasado como futbolista de la Celeste y su presente en el León, Matosas es una palabra más que autorizada para analizar el choque de esta noche. El llamado parte de Montevideo, pero en La Plata la señal sigue intacta. “Con mucho gusto acepto la entrevista. Adelante con las preguntas”. El grabador captura el testimonio y el vaticinio pasa a la inmortalidad...

—¿Para usted, Uruguay se va a defender ante el planteo de Argentina?

—En realidad, va a hacer el partido que le conviene ante la calidad de los jugadores que tiene el rival. Será un partido de mucha lucha en la mitad de la cancha. Seguramente Uruguay se repliegue más que  Argentina, buscando hacer un gol de contragolpe. 

—¿Tiene una opinión formada sobre el caso de Mauro Icardi?

—Icardi viene haciendo muchos goles en uno de los equipos más importantes del mundo. Seguramente Sampaoli vio eso y lo convocó. Yo pienso que los goles son amores e Icardi los tiene. Se ganó el derecho a estar en la Selección en una época en la que Argentina necesita de un finalizador de las jugadas. Es una apuesta interesante. Le puede salir bien o mal. La camiseta albiceleste y la de Uruguay son pesadas. 

—¿Dybala ayudará a descomprimir la marca de Messi?

—Creo que quien más aportará a eso es Di María. Es un jugador desequilibrante, encarador, que tiene pase final y termina las jugadas. Estoy seguro de que él ayudará a descomprimir la marca de Messi. 

—¿Como jugador, qué le dejaron los enfrentamientos con Argentina?

—Siempre son cerrados. A mí me tocó enfrentar a un equipo lleno de estrellas que venía de salir campeón del mundo. Tengo un grato recuerdo de un partido que ganamos 1 a 0 con un gol de contragolpe de Alzamendi. Ahora veo un encuentro en el que los dos tienen la necesidad de sumar. Un punto para cada uno no es malo. 

—¿Cree que se está encarando bien el proceso de recambio en Uruguay?

—La época del recambio es uno de los grandes misterios de los procesos. Uruguay lo empezó a sentir de atrás hacia adelante, con las salidas de Lugano y de Forlán por un tema de edad. En ese sentido, Tabárez logró encarar ese proceso con jugadores de alto nivel de Selección. Los que están hoy pasaron antes por un proceso de juveniles y fueron heredando la mística. Por eso Uruguay siempre tiene selecciones fuertes. 

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