“Creo que estoy habilitada para narrar cuestiones de género”

Así lo cree Miss Bolivia, quien presentará este sábado Pantera, su último disco, donde incursiona en diversos estilos. En una charla íntima, se refirió al compromiso social que mantiene en su música

Hace 40 años en el barrio de La Paternal, en Capital Federal nacía María Paz Ferreyra, la artista conocida como Miss Bolivia. Tras finalizar el secundario, empezó la carrera de Psicología en la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió con honores para luego ejercer la profesión durante una década.

Sin embargo, por el año 2008, decidió dejar su trabajo como psicóloga para dedicarse a su otra pasión: la escritura y composición musical. Para identificar esta nueva etapa eligió un nombre artístico en homenaje a la calle en la que vivió de pequeña. Cuando la obra estuvo terminada, comenzó a girar con sus temas por diferentes espacios culturales de Buenos Aires. Así, la gente fue conociendo sus canciones, caracterizadas por un fuerte contenido social y por la fusión de ritmos como la cumbia y el hip-hop.

Con paso firme, ya definitivamente identificada como Miss Bolivia, logró hacerse un lugar en la escena musical y editó Alhaja, su primer álbum independiente. Años más tarde, cambió de rumbo y firmó con un sello internacional para lanzar Miau, un disco que incluyó el hit con el que ganó más notoriedad: Tomate el palo, interpretado junto a Leo García. 

Actualmente, con la alegría de la reciente presentación de Pantera, su último álbum, la cantante se convirtió en una referencia a la hora de militar por los Derechos Humanos, así como también se hizo eco de otras disputas como la de la legalización de la marihuana y la lucha contra la violencia de género, además de mantener una estrecha relación con la comunidad mapuche argentina.

Miss Bolivia abrió las puertas de su casa y de su vida íntima en una charla exclusiva con Hoy, en donde se refirió a su extensa carrera artística y  adelantó detalles del show que dará este sábado, a partir de las 21, en la calle 58 nº 770.

—¿Qué podés contar de Pantera, tu último trabajo discográfico?

—Salió hace poquitos meses, está flamante y es un sucesor de Miau, el disco anterior, sobre todo en la cuestión de la médula porque tiene los estilos de cumbia y hip-hop. En este álbum me animé a fusionar otros estilos y su contenido es autobiográfico, social y cultural. La diferencia con mis otros trabajos está en que  me animé a incursionar y a dialogar con el folclore, el pop, la música electrónica y el punk, que no eran mi zona de confort. A nivel contenido, es más como una daga, por decirlo de alguna manera, más afilado, se habla menos, se dice más, y relata luchas que me atraviesan.

—El primer corte de difusión del álbum se llama  Cagón, ¿es autobiográfico?, ¿a quién va dirigido?

—Hay un collage de personajes que pueden componer ese perfil. Me encontré con gente así, incluso amigos, entonces compuse este monstruo que forma parte de todos los círculos sociales. Es autobiográfico, me muero de la risa y me encanta que la gente se apropie y que la cante.

—También escribiste Paren de matarnos, canción que alude a la violencia de género y a los femicidios que ocurren en nuestro país. ¿Sentís que hay avances en cuanto a la toma de conciencia y a la lucha cotidiana?

—El tema es una narración de un femicidio en primera persona. Al principio, para poder ficcionarlo, lo empecé a escribir desde el lugar de la víctima. Luego me percaté de que no era una ficción, sino una autobiografía, porque cada vez que asesinan a una mujer también me matan a mí. Creo que estoy habilitada para narrar cuestiones de género que son de carácter urgente y necesario. En este caso no me interesó la metáfora, busqué ir cortito y al pie.

—Tus letras interpelan a la gente y nuevas generaciones se suman, te empiezan a seguir, ¿qué te genera esto?

—Considero que eso pasa en el arte en general. Pienso a la música como un vehículo de liberación, es habitual que los artistas utilicen lo que hacen como herramienta de transformación social. A veces las canciones llegan por casualidad a la gente, les generan preguntas críticas y eso es lo más valioso para mí. 

—¿Cómo te preparás para el show en La Plata? 

—Hace mucho tiempo que no tocaba en un show de estas características en La Plata, porque estuve en otros lados y además me encerré a producir el disco. Voy a compartir el escenario con Chocolate Remix que es una artista que respeto y admiro mucho y además vamos a llevar mi línea de remeras, gorras y buzos que tienen frases sencillas.

Estoy contenta y manija con esta presentación de Pantera, me da la chance de hacer un concierto con un recorrido de escucha, me permite invitar a la gente a subirse a mi nave y disfrutar de este camino musical. Estaremos todos los músicos con una propuesta más desarrollada para toda la familia. 

La militancia social como estilo de vida

Más allá de su carrera musical, uno de los aspectos que define la vida pública de Miss Bolivia tiene que ver con sus posturas abiertas en los debates actuales de la sociedad. En este sentido, la cantante no tuvo problemas en referirse a la búsqueda de Santiago Maldonado, así como también comentó la experiencia de formar parte de la mesa de Mirtha Legrand, “con personas que piensan casi diametralmente lo opuesto a mí”.

—Sos muy cercana a la comunidad mapuche. ¿Cómo viviste el conflicto reciente con Gendarmería?

—Creo que la desaparición forzada de personas en plena democracia es un indicador de las dinámicas de las políticas públicas que eligen practicar un gobierno o gestión. Santiago Maldonado somos todos, si desaparece una persona, se instala públicamente la pregunta ¿dónde está?, y el pueblo llora porque sufre un azote.

—Algunos partidos políticos tomaron Tomate el palo para hacer versiones propias, ¿te pidieron permiso?

—Es algo que pasó un montón. La tomaron y adulteraron la letra. Después cesaron en esta práctica. No inicié acciones legales, solo puse en Twitter: nos vemos en Disney e inmediatamente las versiones desa­parecieron de todos lados.

—Fuiste invitada al programa de Mirtha Legrand y causaste una conmoción.

—A la señora la conocí en la entrega de los Martín Fierro cuando su notera estaba hablando de los looks. Les mostré el mío, se ve que les gustó y me invitaron al programa.

—¿Cómo fue la experiencia?

—Me presenté a las 9 de la mañana del domingo porque tenía que probar el sonido para cantar después. Fue una experiencia interesante, pude compartir una mesa y un diálogo con personas que piensan casi diametralmente lo opuesto a mí. Creo en la discusión respetuosa y en el debate, entonces es enriquecedor compartir con gente que no tiene nada que ver con uno. 

Pude hablar según las posibilidades que tuve, porque éramos muchas personas y hay una agenda de contenidos. Me trataron con sumo respeto y me sentí cómoda. Pienso muy distinto a la señora Mirtha Legrand pero pudimos hablar con sinceridad.

—¿De qué manera elegiste tu vestuario?

—Muchas veces me visto con ropa que ni sé de dónde es y tampoco me importa saber su origen. Banco fuerte el diseño independiente argentino. Durante el transcurso del programa me pidieron que mostrara la ropa y así lo hice. Narrar lo que estaba luciendo me pareció un gesto político. Se puede tener estilo y estar divina siendo sencilla. Para mí, la moda es un sistema de comunicación y también es política.

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