Ahora, Echegaray arma un gremio a su medida

Diario Hoy denunció en más de una oportunidad el oscuro accionar de AEFIP, el gremio cómplice de la AFIP (Denuncias de aprietes a trabajadores, una obra social que habría sido vaciada y la misteriosa inversión en San Pedro).

Sin embargo, luego de haber mantenido una relación estrecha con la Asociación de Empleados Fiscales, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, rompió lanzas con los gremialistas. Luego de que una marcha de la AEFIP fuera reprimida por gente ligada al funcionario, el sindicato recordó el pasado militar de Echegaray nada menos que ante organizaciones muy ligadas al gobierno.

Fiel a su estilo, y como revancha, Echegaray promueve ahora la creación de otro sindicato y hace circular un modelo de estatuto “gremial” para el personal jerarquizado. El principal operador para que los jefes se suscriban al nuevo gremio es Diego Garayzábal, un incondicional de Echegaray que conduce la Regional Córdoba, y que ha sido acusado de mantener negocios privados paralelos a su cargo.

Diego Garayzábal, máximo responsable de la AFIP en Córdoba, tiene 41 años y en la última década fue uno de los más estrechos colaboradores de Ricardo Echegara. Eso no le impidió desplegar una intensa actividad empresaria que incluye desde la venta de tractores a la fabricación de baldes para albañilería.

Esta red de negocios paralelos no parece compatible con su papel de funcionario público, sobre todo porque tiene a su cargo una de las seccionales de la AFIP de mayor importancia. Pero Garayzábal maquilló la situación colocando a su propia esposa, Bárbara Ramos, y a parientes políticos al frente de esos emprendimientos.

Sus incursiones empresarias se iniciaron en junio de 2010, con la creación de la firma Alariel SA, inscripta inicialmente en los rubros publicidad e informática, en el cual se especializa realmente Garayzábal. Tres años después, en febrero de 2013, Alariel SA terminó habilitando una concesionaria de maquinaria agrícola en Venado Tuerto, Santa Fe. Vende los tractores de la fábrica cordobesa Pauny.

La red de negocios se prolonga con Matricería Mediterránea SRL. Su esposa figura como socia fundadora de la empresa desde su creación en 2008, pero el mismo Garayzábal se alzó con la mayor parte de las acciones en octubre de 2013. La empresa no tiene una vida muy larga. En julio de 2013, según su propia página web, inauguró una planta propia de casi 500 metros cuadrados ubicada en la calle Buenos Aires, en Córdoba. Un mes después adquirió cuatro inyectoras de plástico y recién en julio de este año inició la fabricación y comercialización de su primer producto: un balde para albañilería.

Uno de los principales clientes de Matricería Mediterránea SRL es Electroingeniería SA, una firma cercana al poder y beneficiada con mucha obra pública, que debería ser controlada por el funcionario.

Ramos, la esposa de Garayzábal, figura además en otras dos empresas, asociada con una kinesióloga llamada Valeria Soler. Una de esta empresas es Audeco SA. Fue creada en noviembre de 2012 y se dedica a actividades directamente vinculadas con la tarea de la AFIP, como la certificación digital y el almacenamiento electrónico de documentación.

Echegaray ha protegido a este viejo empleado estatal desde los tiempos en que comandaba la Aduana. En 2008, cuando desembarcó en la ONCCA,también lo llevó consigo y ambos terminaron imputados en la causa que investigó el desvío de millonarios subsidios. Al ser designado en la AFIP, Echegaray nombró a su ahijado político primero como subdirector general de Servicios al Contribuyente y luego como responsable de las delegaciones de Río Cuarto y Córdoba.