EN FOCO

Las patas cortas de la mentira

El faraónico plan de obras presentado ayer por Mauricio Macri y María Eugenia Vidal podría haber sido una excelente noticia si estuviera sustentado sobre bases creíbles y datos reales, y no en meras promesas. Lo que se hizo fue una mera puesta en escena, un burdo intento de apaciguar el creciente conflicto social que se está registrando en la provincia más importante del país por la inflación, los tarifazos y la destrucción de empleo genuino. Hizo recordar a los peores anuncios del gobierno kirchnerista que, durante años, prometieron estrambóticas obras que jamás se concretaron (ver acá)

Un total de 150 mil millones de pesos, aproximadamente 10 mil millones de dólares, es lo que supuestamente se piensa invertir, según lo declarado ayer el duo Macri/Vidal. Ahora bien, este monto equivale a casi el 50% del presupuesto global de la Provincia o a un tercio de las reservas que hoy se encuentran en el Banco Central, contabilizando los pasivos que, como se sabe, disminuyen considerablemente los recursos que la autoridad monetaria tiene disponibles.

Ante esta situación cabe preguntarse: ¿de dónde saldrán los $150 mil millones? No existe un solo indicador económico que permita vislumbrar que el estado nacional y/o provincial pueda llegar a tener disponibles, al menos en el corto plazo y mediano plazo, fuentes tan importantes de financiamiento por más que ya esté prácticamente sellado el acuerdo con los fondos buitres.  Como muestra basta un botón: la semana pasada, pocos días después de que el congreso nacional aprobará las leyes exigidas por el juez Thomas Griesa y por los propios buitres, la Provincia salió a intentar capitalizarse en el mercado. ¿Cuál fue el resultado? Colocaron Letras del Tesoro bonaerense por $1.027,8 millones a tasas realmente exorbitantes de 33,75% (a 98 días)  y 33% (a 161 días). Cabe remarcar que uno de los países más pobres del continente, como Bolivia, se financia a tasas que no llegan al 5%, lo que da una pauta que la Argentina sigue siendo un verdadero paria en el mercado de capitales ya que su situación económica no despierta la más mínima confianza a posibles inversores.

Fue tan poca seria la puesta en escena que se hizo ayer que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, que debería ser el funcionarios que garantice la disponibilidad de los recursos para poner en marcha el plan, ni siquiera estuvo presente. Es más, el acto encabezado por Macri y Vidal, que se hizo en Quilmes, apenas fue promocionado.

A su vez, constituye un verdadero atentado a la razón anunciar semejantes inversiones en momentos en que la Provincia, producto de su situación de quebranto, está aplicando un salvaje ajuste.  A punto tal que al gobierno de María Eugenia Vidal no le tembló el pulso a la hora recortar recursos destinados a los comedores escolares o cuando, por la fuerza, buscó imponer aumentos salariales para sus trabajadores que apenas representan menos de un tercio de la inflación, lo que llevará a un empobrecimiento  de miles de agentes estatales. 

Uno punto especial de los anuncios que se realizaron ayer es que, supuestamente, se van a hacer obras a gran escala de agua potable y cloacas, cuando Aguas Bonaerenses (ABSA) constituye una de las principales cajas negra de la política bonaerense. Es tal el saqueo que se ha realizado en esa empresa estatal que el propio gobierno provincial se viene negando, sistemáticamente, a cumplir con un fallo de la Justicia, ratificado por la Suprema Corte bonaerense, que invalidó un sideral aumento aplicado por la gestión sciolista sin audiencia pública, el cual ordenó devolverle a los usuarios unos $1800 millones mal cobrados. En ese contexto, no sólo no se reintegró un solo peso, sino que en las próximas semanas volverá a incrementarse el servicio, por lo cual los clientes deberán desembolsar un 140% más por un servicio deplorable, a punto tal que en varias zonas de la provincia ni siquiera se puede consumir el agua corriente por los elevados niveles de arsénico.

Pareciera que el macrismo piensa que todavía tiene vigencia aquella frase de Maquiavelo, escrita hace 500 años:  “Los hombres son tan simples, y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien engaña encontrará siempre quien se deje engañar”. Por suerte, en los últimos cinco siglos, en algunos aspectos, la humanidad ha ido evolucionando y actualmente la mayoría de los bonaerenses no están dispuestos a seguir comprando espejitos de colores.

“Creo que hay mucha fantasía”

Julio Gambina (Doctor en Ciencias Sociales y profesor en la UBA)
Especial para Hoy

El problema del anuncio que hizo el gobierno respecto a las obras públicas es que en este momento están pidiendo 15 mil millones de dólares en la gira que realizó Mauricio Macri por Estados Unidos y Europa y el Parlamento le ha autorizado endeudarse por 12.500 millones de dólares para el pago de la deuda con los holdouts.

Entonces no está dicho de dónde saldrá la plata para encarar esas obras. Podemos hacer muchas hipótesis. Macri dijo en la conferencia de prensa de hoy (por ayer) que están entrando muchas inversiones externas y es curiosísimo, porque nadie sabe de esas inversiones externas.

El presidente señaló, ni bien asumió, que en las primeras semanas iban a entrar entre 20 mil y 25 mil millones de dólares de inversiones externas. Nunca llegaron esos recursos. Entonces creo que hay mucho de fantasía.

En la conferencia de prensa de hoy (por ayer) se afirmó que estaban entrando cotidianamente inversiones, pero es mentira. La verdad que hasta que no se explique con seriedad cuáles son las fuentes de ingresos, son todas especulaciones.

 “No sé de dónde van a sacar la plata”

Aldo Pignanelli (Economista y expresidente del Banco Central)
Especial para Hoy

Pude observar el anuncio de Vidal y Macri sobre las obras de infraestructura, pero lo que no sé es de dónde van a sacar la plata que eso requiere. Se supone que va a ser con créditos externos y con financiamiento de la nación. Ahora seguro que no la tienen. Y me parece que son unos chantas ya que no hablaron de plazos.

Hoy el financiamiento no está. Lo que pasa es que están desesperados de  anunciar  buenas noticias. Desde el punto de vista económico lo que prometieron se ve como faraónico. Aconsejo que hay que ser muy cautos. A la gobernadora Vidal la veo muy perdida.

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