Entrevista exclusiva a Daniel Arroyo

“Vamos perdiendo por goleada el partido contra el narcotráfico”

Eso afirmó el exministro de Desarrollo Social bonaerense, Daniel Arroyo. En diálogo con diario Hoy, criticó al gobierno de Macri: “Tomó un enfermo con 39 grados de temperatura, le aplicó un ajuste y lo dejó con 41 grados”. También le apuntó al kirchnerismo

El exministro de Desarrollo Social durante la primera gestión de Daniel Scioli como gobernador y excandidato a vicegobernador bonaerense, Daniel Arroyo, presentó días pasados su libro Las cuatro Argentinas y el drama de la grieta social, donde describe un diagnóstico del país y algunas propuestas para resolver los problemas.

En el marco del lanzamiento de su libro, en diálogo con Hoy, el dirigente político trazó un panorama tétrico respecto al narcotráfico. Afirmó que “es un partido que vamos perdiendo 10 a 0”. Criticó al kirchnerismo por no haber implementado política alguna para frenar el avance de los “mercaderes de la muerte”, y sobre la administración de Mauricio Macri sostuvo que “aunque  fomenta mayor diálogo, mayor interacción, no hay avances concretos”.

 —¿El narcotráfico llegó para quedarse en  la Argentina?

—En materia práctica el narcotráfico está en la tercera etapa. La primera etapa es el aumento del consumo de alcohol y droga, la segunda etapa es que el que vende estupefacientes gana más que el que trabaja. Y la tercera etapa es el dominio del territorio. Hay barrios que son manejados por distintos grupos. Estamos en un problema serio con el narcotráfico y no veo que haya avances significativos al respecto.

 —Ante esta situación, ¿qué opina que se debería hacer?

—Hay que cortar la venta de drogas. Este es un punto clave. Hay que crear una fuerza especia  policial para parar el trabajo de los dealers. Con el narcotráfico es un partido que venimos perdiendo 10 a 0. El gobierno anterior no ha tenido una mirada en el tema narcotráfico. Este gobierno (el de Macri) sí fomenta mayor diálogo, mayor interacción, pero no hay avances concretos.

 —En su libro plantea que el verdadero problema del país es la grieta social, ¿por qué se ha llegado a esa situación?

—Se habla mucho de la grieta política en la Argentina, pero la verdadera grieta es la social, ya que hubo un deterioro grande en estos últimos meses por la inflación, el parate en la construcción y en la industria textil, y los despidos. La sociedad se empobreció fuertemente. Tanto que por primera vez en muchos años bajó el consumo de leche y de carne y subió el consumo de harina. Esto quiere decir que no solo hay más gente en los comedores escolares, sino que hay más gente que come peor.

 —¿El gobierno anterior tiene responsabilidad en esto?

—Claramente tiene responsabilidad. Durante los últimos cuatro años de Cristina aumentó la pobreza. Solo se creó empleo estatal y hubo un empeoramiento en la cuestión social. Yo diría que este gobierno, el de Cambiemos, tomó un enfermo con 39 grados de temperatura, es decir, que estaba en una situación crítica, pero le aplicó un ajuste y lo dejó con 41 grados.

Es decir, el gobierno de Macri no inventó a la pobreza, pero la situación que encontró la complicó más. Las dos cosas que pasaron que empeoraron la realidad fueron, primero, la espirilización de la inflación. Todos los meses aumentaron los alimentos y se consolidó una inflación más alta de la que había. Y en segundo lugar, el parate en la construcción y en la industria textil, que es el parate de las changas .

—¿Cómo se puede salir de este círculo vicioso?

—Hay que tomar medidas urgentes en la coyuntura y a mediano plazo. Hoy, hay que hacer dos cosas: una es decretar la Emergencia alimentaria, hay que volcar más dinero en los comedores escolares y en los comunitarios.

En segundo lugar, lo que hay que hacer es mucha obra pública de infraestructura de pequeña escala. Esto es  vereda, cordón cuneta, vivienda social. Obra pública que genere mano de obra intensiva.

Si queremos que un pibe que no tiene la secundaria completa tenga trabajo, solo se podrá hacer obra pública de pequeña escala. Por el contrario, si el Gobierno hace 2.800 kilómetros de ruta o hace una central termoeléctrica, sin dudas va a ser importante para el país, pero ningún pibe con el secundario incompleto puede laburar ahí.

Y a mediano plazo hay que transformar la secundaria. Hay que hacer una diferente, ir al sistema dual, para que los dos últimos años del nivel el estudiante además de ir al colegio pueda hacer pasantías.

 —¿Es posible hacerlo?

—Esto es posible. No hay problemas de recursos hoy en la Argentina. Pero no es la orientación que tiene el Gobierno. Ellos creen más en el mercado. El Gobierno piensa que van a venir inversores y que eso va a generar empleo. Pero esto no es así en la Argentina. Primero porque no es nada evidente que en nuestro país tengamos inversiones, y segundo porque si las tuviéramos, las inversiones van a ser en soja, minería y en el sector financiero. Es decir, en sectores de alta rentabilidad pero que no generan trabajo en proporción. No hay que creer tanto en el mercado y encarar una cadena productiva.