Femicidio en Monte Grande: la mataron de 43 puñaladas

El acusado, expareja de la víctima y con restricción perimetral, se negó a declarar y quedó formalmente detenido. La familia de la damnificada contó detalles claves 

El hombre acusado de haber asesinado  de 43 puñaladas a su expareja el sábado en Monte Grande se negó ayer a declarar y seguirá tras las rejas por “homicidio calificado por el vínculo y ensañamiento, por tratarse la víctima de una mujer y por mediar violencia de género”, informaron fuentes judiciales.

La indagatoria a Diego Arnaldo Perrone (42) se concretó ante la fiscal de la causa, Carla Musitani, tras lo cual continuará formalmente detenido, a disposición de la Justicia de Garantías de Lomas de Zamora mientras se resuelve su situación procesal. En tanto, el informe de la autopsia al cuerpo de Mónica Acosta (39) determinó que presentaba 43 lesiones de arma blanca.

Un tema grave a tener en cuenta es que existía una restricción de acercamiento a las hijas de la mujer y que Acosta y Perrone ya no estaban juntos.

Guillermo Muzzo (39), exmarido y padre de las dos hijas en común con la víctima, relató la situación vivida cuando las niñas hallaron el cadáver de la damnificada. “Mamá está muerta”, contó el hombre que le dijo la chica de 11 años cuando con su hermana entró a la habitación donde estaba Acosta, fallecida a raíz de múltiples puñaladas. Agregó que cuando él mismo ingresó a la finca “la vi tirada en el piso, con un cubrecama en el pecho todo ensangrentado y una gran aureola de sangre en la cama”.

Quien también habló con la prensa fue Sofía, la tercera hija de Mónica, quien aseguró que su madre “estaba paranoica” porque Perrone la había golpeado en distintas oportunidades. Además, reveló que cuando su madre empezó a salir con él y ella se enteró que el sujeto estuvo preso decidió irse de la casa. “Venía con un moretón enorme y me decía que la había mordido el perro o que se había caído del subte. Tenía una cicatriz enorme en la frente y se cortó el flequillo para que no se le viera, escondía todo”, aseguró Sofía, y añadió: “Mi mamá decía que era bueno, que no le iba a hacer nada, pero abrías un cajón y tenía un martillo, abajo de la cama tenía un palo. Estaba paranoica. Tomaba pastillas para dormir y él lo sabía, por eso hizo lo que hizo a la hora que lo hizo. Si ella hubiera estado despierta se habría defendido”. 

El femicidio fue cometido el sábado en una vivienda y en la escena del crimen se secuestró una cuchilla.

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