“Desde chicos soñábamos con entrenar en la cancha 1 del Country”

Carlo Lattanzio fue una aparición sorpresiva en el equipo de Estudiantes ante Atlético Tucumán y terminó dejando una buena impresión. En diálogo con este medio, el delantero habló sobre su abuelo −que lo lleva todos los días a City Bell−, sus compañeros de la categoría 1997 que triunfan en Primera, sus caídas como futbolista y de cómo trabajó para volver a la máxima categoría tras debutar en 2015

Desde Melchor Romero hasta el Country Club de City Bell hay más de doce kilómetros de distancia y aproximadamente treinta minutos de recorrido en vehículo. Este trayecto realiza todas las mañanas desde hace más de diez años Carlo Lattanzio, junto a su abuelo “Perico”, para llegar a los entrenamientos de Estudiantes. 

Sobre su abuelo paterno, el juvenil (categoría 1997) confió: “Es uno de los pilares en mi vida, junto a mis padres y mis (dos) hermanas”.  

Este chico de barrio jugó en ADAFI de Ringuelet y luego en su club, Romerense, institución que compite en la Liga Amateur. 

“Charly”, como lo apodan, debutó a los 18 años en la máxima categoría: fue el 1º de agosto de 2015, de la mano de Gabriel Milito, ante Nueva Chicago. Tiempo después sufrió una pubalgia, por lo que debió recuperarse y volver a jugar en Quinta, categoría en la que estaba antes de debutar. 

Luego de dos años de lucha, Lattanzio contó, en diálogo con este medio, el golpe que significó bajar de división y reveló lo que sintió al volver a jugar en el máximo nivel con 20 años.

—¿Cómo se fueron dando las cosas tras el debut en 2015?

—Trabajé mucho para debutar con Milito. Luego tuve una pubalgia y esa lesión me llevó a bajar a mi categoría. Tuve que recuperarme, regresar a la Cuarta y finalmente con (Leandro) Benítez regresé a Reserva. Ahora (Lucas) Bernardi me dio la chance de volver a jugar en Primera. 

—¿Cómo tomaste el hecho de bajar de categoría?

—Al llegar a Primera no es fácil volver a la categoría de Juveniles. Sin embargo, a través del trabajo logré retornar al plantel superior. Me apoyé mucho en mi familia, mis amigos y mi barrio, desde donde siempre me mandan mensajes de apoyo. Eso me levantó el ánimo y me dio fuerza.

—¿Qué sentís al ver que compañeros de la categoría 1997 llegaron a Primera o ya emigraron?

—Me da mucha felicidad, porque desde chicos soñábamos con entrenar en la cancha 1 del Country. Me pone contento que el Rusito (Ascacíbar) esté en Alemania y que Tití (Lucas Rodríguez) siga siendo parte del equipo de Primera, ya que lucharon siempre. Cuando subí a Primera me dijeron que esté tranquilo y disfrute. 

—¿De quién te acordaste cuando estabas en las malas?

—Me acordé de todos los que siempre me transmitieron buenas vibras en el club. Nunca pensé en quedarme en Cuarta, siempre quise seguir trabajando. 

—¿Cómo está tu familia luego de volver a jugar en Primera?

—La familia está muy emocionada. Mis viejos me apoyaron siempre, sobre todo cuando estuve internado. Los chicos de Romerense también me bancaron en todo momento; voy siempre a la cancha en Romero.

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