Entrevista exclusiva

“El tema de la violencia no estaba siendo un tema prioritario en los clubes”

Martín Carrique, expresidente de Los Tilos, dirige la comisión de Formación Integral y Mejora del Comportamiento. En diálogo con El Clásico, se refirió al trabajo que viene llevando adelante la URBA para eliminar las conductas violentas en el rugby.

El asesinato de Fernando Báez Sosa a consecuencia del salvaje ataque de un grupo de rugbiers del Club Arsenal Zárate puso a la disciplina bajo la lupa, que hasta ese momento gozaba de una imagen sana, fundamentalmente gracias a la figura de Los Pumas.

La condena social fue en aumento luego de la difusión de otros hechos de violencia generados por jóvenes relacionados a la ovalada. En este sentido, desde la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) se activó la creación de una mesa que permita “generar espacios de encuentro” con el fin de eliminar las conductas vinculadas a la violencia en el deporte.

Martín Carrique, expresidente de Los Tilos y actual consejero de la URBA, rige la comisión de Formación Integral y Mejora del Comportamiento (Fimco) y habló sobre el tema ante la consulta de El Clásico: “Después del asesinato de Fernando Báez Sosa nos juntamos, hicimos un diagnóstico y nos preocupamos. Los hechos de violencia no eran aislados y no había sido hasta ese momento un tema prioritario”.

En este sentido, el dirigente de nuestra ciudad se refirió al trabajo que está llevando adelante la URBA: “En el rugby de la Provincia se está trabajando para erradicar la violencia, lo estamos haciendo con referentes en todos los clubes. Realizamos talleres sobre temas de género, violencia, descalificación y el comportamiento en manada”.

Por último, el doctor Carrique realizó una autocrítica después de tantos años en el mundo de la ovalada: “Los que practicamos rugby debemos tener una responsabilidad mayor porque claramente es un deporte donde el jugador desarrolla mucha fuerza. La recurrencia de situaciones nos llevan a replantearnos qué valores estamos transmitiendo y de qué manera. El asesinato de Fernando condenó a una familia a una muerte en vida y seguramente a ocho familias más a una condena muy fuerte. Esto no debe volver a ocurrir y depende de la educación de todos en este ambiente”.

Lejos de generalizar o llevar la situación a un extremo, el ambiente del rugby está obligado a deconstruirse después de un 2020 que lo dejó expuesto por el homicidio de Fernando, los ataques en patota, los mensajes xenófobos de jugadores de su élite y el maltrato hacia las mujeres.

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