POR DANIEL "PROFE" CORDOBA

Estos meses deberán servir para elevar el volumen de juego antes del Mundial

A la Selección le costó 35 minutos abrir el partido ante el humilde y eliminado Venezuela, y recién una vez que lo hizo terminó encaminando una goleada. Esta noche tendrá otra prueba importante.

Por Daniel “Profe” Córdoba

El viernes pasado hubo que esperar 32 minutos para que la Selección Argentina, ya clasificada, le creara algunas situaciones a la ya eliminada Venezuela. Y recién a los 35 pasó a ganar la Albiceleste.

Raro en Pekerman, ya que el viernes en la cancha de Boca se vio un sistema que por momento tenía a cinco defensores, tres (o cinco cuando los laterales pasaban) mediocampistas y dos delanteros.

Argentina, con mi querido Lionel Scaloni, se plantó con un 4-3-1-2. Un defensivo y pobrísimo Venezuela casi le empata sobre el final del primer tiempo, aunque en el contexto de cómo se había desarrollado el juego hasta ese momento, hubiera resultado injusto. Me pregunto y les pregunto: ¿así jugaremos la fase de grupos del Mundial?

Por otra parte, si fuera el árabe dueño del París Saint-Germain donde juega Messi, cuando este retorne a París le preguntaría: “Lionel, ¿por qué parece que juega a otro ritmo en Francia y en Argentina corre más?”.

En el segundo tiempo del último partido de local de la Selección, para mí el juego estuvo de más. Solo algo de orden y amor propio. Y esto sirvió solo para que se lucieran individualmente los dirigidos por Scaloni.

Joaquín Correa erró mucho en la definición, pero también demostró que se entiende muy bien con Messi. Mac Allister no me gustó. El resultado final solo fue estadístico. Y ahora planteo otra pregunta: ¿alcanzará en Catar? ¿Sí o no? ¿Se podrá llegar a semifinales o al menos a cuartos? De mí obtendrán esta respuesta: hoy, no lo sé.

Y no es que no me juegue, pero me despierta incertidumbre. Estos meses deberán servir para elevar aún más el volumen de juego, tarea poco sencilla ya que habrá pocos partidos antes del Mundial.

Noticias Relacionadas