Por Daniel “Profe” Córdoba

“Hasta hace poco, Central Córdoba tenía mucho de Cambaceres del 86”

Daniel Córdoba, exentrenador de Estudiantes y Central Córdoba de Santiago del Estero, analizó el presente de los equipos que se enfrentarán esta noche desde las 21.15 en Santiago en el inicio de la sexta fecha de la Liga Profesional.

De Santiago del Estero es Central Córdoba, el rival de esta noche de mi querido Estudiantes. Allí fue donde pude volver a dirigir luego de mi accidente, para lo que tuve que pasar tres años de mi vida de una rehabilitación tras otra. Fue clave el apoyo que me dieron en Dinatos, tres años, y en Cabello Club Urbano para recuperar la masa muscular.

Una enormidad esos seis años (2007 a 2013) para estar desaparecido del mundo del fútbol. Me perdí de dirigir buenos proyectos aquí y fronteras afuera. Muchos me dieron por muerto.

Central Córdoba: ese club que ojalá haya crecido en infraestructura, porque en ese rubro era muy pobre (no tenía predio propio de entrenamiento ni gimnasio ni nada). A veces no sabíamos dónde hacer lo técnico-táctico-estratégico por no haber cancha. El gimnasio alquilado estaba a diez cuadrasdel club y a veces no había micro decente para viajar miles de kilómetros. El presupuesto para elplantel y el cuerpo técnico era el más bajo de esa categoría. Y si llovía hacíamos “fútbol pivot adaptado” a las márgenes de un río. Nunca te­nía­mos un video del rival.

La crioterapia era en un tanque de aceite oxidado. Tenía mucho de aquel Cambaceres del 1986 que amé y así mil anécdotas más, entre las que se destaca esta: mientras hacía una "parada del equipo" para el próximo partido, ingresó al campo de juego un cortejo fúnebre. Y con el cajón y el occiso delante, dieron una especie de vuelta olímpica mientras, obviamente, suspendía la práctica. Hoy se lo ve futbolísticamente y aparentemente aceitado; pero la carrera es larga y se verá. Como todo equipo del interior, saldrá a intentar pisotear a rival y pronto sacarle ventaja.

Pero no le será tan fácil en el hermoso y nuevo estadio Madre de Ciudades; si jugaba en su "canchín" del barrio ferroviario era otro cantar.

Esperándolo ordenado e intenso y saliéndole de contra, cualquier equipo puede perder. Con Ángel González y Castro por las bandas, y dos bestias por dentro o, con un 9 y un enlace por detrás son derro­tables.

A vos ciudad de Santiago, te quiero porque quise y me diste todo para volver. Inolvidable.

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