¡Más que nunca argentino!

Lionel Messi es el abanderado y el líder de la Selección nacional que alcanzó las semifinales de la Copa del Mundo. Se puso el overol y jugó un partido táctico y solidario para el equipo. Terminó eufórico

Cuánto tiempo tuvo que pasar para que muchos argentinos reconozcan el sentido de pertenencia de Messi con la camiseta Argentina? ¿Cuántos lo tildaron de poco patriota o de identificarse con España, por no ser efusivo en el canto de un himno? ¿Cuántos deben estar resarciéndose de aquellos pensamientos, no? Es que Lionel Messi es el capitán, el referente, el dueño futbolístico de esta Selección argentina que alcanzó una instancia que no lograba hace 24 años, en aquel recordado Mundial de Italia 90. 

El día de ayer no marcó sólo una clasificación a una semifinal. El día de ayer, mostró a un Messi como nunca antes se lo había visto. Lionel, se adueño de la cinta de capitán y se puso a una altura que no había sido marcada en otro momento de su carrera, con la camiseta celeste y blanca. Es que Messi, contra Bélgica, fue el abanderado del sacrificio. El 10, no sólo expuso sus pinceladas de buen fútbol habitual, sino que además, se calzó el overol y no se le cayeron los anillos para redoblarse a la par de sus compañeros. Messi corrió, marcó, acompañó a los laterales, se tiró al piso y tuvo como eje en su juego, la voluntad y la solidaridad con el equipo. 

El rosarino hizo un partido táctico como ameritaba la situación. Trabajo a la par del resto en la recuperación (hizo más de 4 faltas) y expuso la cuota de voluntad, que algunos pocos, todavía se animaban a pedirle. Messi jugó los cuartos de final y se consagró como líder de un grupo que lo rodea y lo “mima”, pero que tiene su retribución por parte del mejor jugador del mundo en la actualidad. 

Lionel Messi es el dueño del equipo bajo la conducción de Sabella y asumió el rol sin que le pese.  Ayer, Lio lo demostró dentro de la cancha y una vez finalizados los 90 minutos. Como nunca, el crack gritó, cantó, saltó y arengó al público argentino presente en el Estadio Mané Garrincha de Brasilia.  Messi demostró lo que siente la camiseta y lo que se está jugando en este Mundial. Por suerte es argentino. Por suerte, lo tenemos nosotros.

“Había que correr y corrimos hasta el final”

El capitán y astro argentino entendió que el partido ameritaba sacrificio y terminó el partido extenuado pero feliz por el triunfo. “Ya conseguimos el primer objetivo que era meternos entre los cuatro mejores y queremos más. Hay que seguir con tranquilidad, y pensar en lo que viene, pero estamos preparados”, avisó la Pulga, con la alegría que significa meter a la Argentina en una semifinal de Copa del Mundo después de 24 años. 

“Corrimos más que nunca, porque para pasar teníamos que correr y estar comprometidos. Se jugó un partido que no estoy acostumbrado a hacer, de correr y meter pero fuimos un equipo más que nunca. No creamos tantas situaciones, pero pasamos que era lo importante. Ellos no tuvieron situaciones claras, no nos crearon. Terminaron con pelotazos a la gente alta, pero por arriba los del fondo estuvieron bárbaro”, sostuvo el mejor jugador del mundo.

Se terminó el karma de los cuartos de final. Argentina volvió a una semifinal y es momento de disfrutarlo: “Poder ser nosotros los que rompimos la barrera es muy lindo. Hoy más que nunca fuimos un grupo corto, no creamos tanto, pero ellos tampoco. No sufrimos porque todos los de atrás estuvieron bien y ganaron todo de arriba. Fue un gran partido nuestro”, explicó la Pulga que vive su momento más glorioso con la Selección.