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Negocios abiertos, pero pocas personas en las calles de Brasilia por la pandemia
La capital de Brasil mantiene el esquema comercial y económico previo al coronavirus, aunque miles de personas deciden no salir de sus casas. Se puede circular libremente hasta las 22.
Brasil - Enviado Especial
ás allá de la admiración por Lionel Messi, la Copa América no incrementó el movimiento en las calles de Brasilia.
Se trata de una ciudad en la que viven más de tres millones de personas, que eligen salir lo justo y necesario de sus casas por temor a contagiarse de coronavirus.
La mayoría de los negocios permanecen abiertos y, hasta las 22, no está limitada ni impedida la circulación por la ciudad.
Brasilia es una de las ciudades más modernas de Brasil y se edificó exclusivamente para convertirse en la capital del país.
Si bien los eventos que juntan personas de forma masiva no están permitidos, hay ferias y lugares al aire libre que reciben a los vecinos de esta capital durante el día.
Muchos usan tapabocas, pero no hay una decisión por parte de las autoridades de monitorear a las personas para velar que se respeten todas las medidas.
“Mucha gente tiene miedo de contagiarse de coronavirus. El país está apagado por todo lo que está pasando con la pandemia”, reconocen taxistas y funcionarios de los hoteles que están cerca del estadio Mané Garrincha.
Un enorme papagayo sobresale del paisaje como mascota y cara visible de una firma petrolera que despacha combustible en las calles.
Allí, autos y ómnibus suelen llegar para hacer cola, esperar el turno y reponer nafta, a metros del hotel donde está la Selección.
En los paseos de comidas, todo parece estar como antes de la crisis sanitaria. La única diferencia visible: el uso del barbijo.
Mucha comida rápida, algunos puestos sobre la calle y personas que se mueven de a dos o tres, manteniendo una distancia prudencial.
Pero en nada se parece al movimiento que mostraron esta ciudad y el país en la pasada Copa América del 2019, o mucho menos en el Mundial del 2014. “Acá en Brasilia la gente tiene mucho miedo a contagiarse”, reconocen, aunque asumen que esta capital es una de las más cercanas al presidente Jair Bolsonaro, en relación al pensamiento.