No influyó en el resultado pero dejó pegar

Luis Alvarez no tuvo injerencia en el desarrollo, aunque abusó del “siga siga” y por momentos se pegaron mucho

Pasó un clásico más en la ciudad de La Plata, con la particularidad de que el árbitro del partido hizo su debut en el derby entre Estudiantes y Gimnasia. Luis Alvarez había dirigido a ambos equipos por separado, pero nunca en el partido más importante y trascendental de nuestra ciudad. El resultado fue 0 a 0 y no será uno de los clásicos más recordados, ni mucho menos. El nivel futbolístico no fue de alto vuelo y el arbitraje de Alvarez no tuvo mayores complicaciones ni jugadas polémicas. 

El juez trató de impartir justicia a través del diálogo con los capitanes y los distintos referentes que tienen el Pincha y el Lobo. Buscó obtener, de entrada, una complicidad con los jugadores para lograr el control del partido y poder tirar de la soga cuando fuese necesario.  Sin embargo, Alvarez, en muchos pasajes del partido estuvo desbordado por el nerviosismo con el que se juega este tipo de clásicos y los gestos de fastidio por parte de los futbolistas eran una constante, sobre todo en el primer tiempo. 

Cuando empezó a acomodarse en el trámite del juego, dejó pegar bastante y eso generó un partido bastante violento, pero con pocas faltas. A pesar de no tener que participar de jugadas polémicas o traumáticas, Alvarez dejó correr mucha pierna fuerte y cortó poco el juego, haciendo casi todo lo contrario a lo que fue el arbitraje de Pitana el último martes, donde abusó del pitado de infracciones durante la noche copera. 

En líneas generales, el colegiado tuvo un debut auspicioso y no quedará en el recuerdo ni en la retina de los presentes por algún fallo significativo. Por ser su primera participación en un clásico tan importante para el fútbol argentino, terminó cumpliendo una tarea decorosa y regular. 

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