“Representar a mi país fue una sensación única e irrepetible”

Con apenas 19 años, Verónica Ravenna se convirtió en la competidora más joven de la delegación nacional que participó en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang. En diálogo con Hoy, repasó su experiencia

Con la nieve como protagonista exclusiva, y la espectacularidad de sus disciplinas, los condimentos sobran en los Juegos Olímpicos de Invierno Pyeongchang 2018, este máximo evento multideportivo que acapara la atención de todo el planeta.

La delegación argentina, compuesta por apenas siete atletas que dan batalla ante las grandes potencias mundiales, cuenta entre sus filas con Verónica Ravenna, la participante más chica de nuestro país con solo 19 años, que culminó una competencia por demás aceptable en el puesto 24.

Viviendo en Canadá desde los 8 (sus padres decidieron emigrar luego de la crisis de 2001), la joven que tiene al luge (es uno de los deportes que representan -junto al bobsleigh y al skeleton- diferentes modalidades de descenso de trineo) como bandera se prestó a dialogar con este medio y aportó todas sus sensaciones sobre la increíble experiencia vivida.

—Con 19 años, ¿qué emociones te genera haber estado compitiendo con los mejores del mundo?

—Es una mezcla de sensaciones, el orgullo de poder representar a mi país  fue único e irrepetible; y, por otro lado, los nervios de competir con atletas del mejor nivel mundial. Sé que tengo mucho por aprender.

—¿Fue tu primera vez?

—Es mi primera vez en los Juegos Olímpicos de mayores, pero hace dos años competí en los Juegos de la Juventud en Noruega, donde terminé séptima y conseguí un diploma olímpico. 

—¿Qué es el luge?

—Es una especialidad de descenso en trineo en una pista de hielo que vas acostado en tu espalda con los pies por delante; es por tiempo y se mide en milésimas de segundo. Terminé 24° en la competencia y quedé cerca de ingresar a la última etapa. A pesar de no llegar a una medalla, fue más que positivo por ser mi primera participación.

—¿Cómo es tu vida en Canadá?

—Vivo en la casa de mis padres, terminé el secundario muy chica, a los 16 años, y me tomé un par de temporadas para dedicarme de lleno al luge y enfocarme en estos Juegos, pero tengo planeado seguir una carrera universitaria que probablemente empiece este año. Cuando no estoy entrenando en hielo en Europa o Norteamérica (suele hacerlo de octubre a marzo) trabajo part-time en un negocio comercial y entreno la parte física varias horas por día, seis veces a la semana.

—¿Cómo viviste el cambio cultural?

—Era muy chiquita cuando dejamos Argentina. Extrañé mucho a mi familia, mis amigas y sobre todo a Olga, la señora a que me cuidaba.

—¿Qué objetivos tenés por delante?

—Volver a representar a la Argentina y tener una mejor carrera. Entrenaré duro para estar en Beijing 2022.