Una clásica historia llena de anécdotas

Desde la tarde de 1916, con el gol en contra de Pastor, hasta el último empate en el Bosque, cien años de Triperos y Pinchas en una decena de curiosidades

Triperos y Pinchas, otra vez cara a cara. De aquel partido del amateurismo, cuando los viejos amigos y excompañeros se enfrentaron por primera vez en 1916, al duelo 157 de la era profesional en Primera que esta tarde celebrará un nuevo derby platense en el Bosque.

Sin embargo, hay muchos más: 175 veces jugaron oficialmente Estudiantes y Gimnasia, contando los primeros torneos del amateurismo, los choques de copas ya extintas, como la Competencia o la Beccar Varela, hasta los partidos de Primera o el inédito duelo internacional de 2014.

Ayer, Emilio Fernández, Américo Girotto u Oscar Hirschi. Hoy Mariano Andújar, el Chapu Braña o Chirola Romero, veintidós protagonistas que en 60 y 118 escribirán otra página de un partido que encuentra en cada rincón, en cada hoja de historia, anécdotas y vivencias atravesadas por el rojo y el azul, unidas por el blanco que uniforma a unos y a otros, uno de cada lado de esa frontera imaginaria que es el Lago del Bosque.

El Pincha, para seguir con la histórica racha de once clásicos sin derrotas; el Lobo, para volver a gritar como no lo hace oficialmente desde 2010, en auel 3 a 1 con los goles de Stracqualursi. Gimnasia y Estudiantes: la mesa está servida.

Efemerides

1916 Despuntaba la era amateur y en agosto se jugaba el primer clásico de la historia. Lo ganaría el Lobo, en 57 y 1, con un gol en contra del recordado Ludovico Pastor, uno de los tres primeros futbolistas del Pincha en jugar para la Selección. Esa tarde inicial, el defensor tuvo un olvido “imperdonable” también para él: se dejó los botines en su casa y disputó el partido con unos prestados que le quedaban más grandes. El gol en contra tuvo su por qué…

1919 Pinchas y Triperos tenían el choque programado para la primera fecha del campeonato. Era debut y con clásico, igual que el puntapié inicial de 1916, con gran expectativa. Hubo desbordes: sobreventa de entradas, largas colas sobre la casilla de expendio de 57 y 1, colados… Ocurrió que el árbitro nunca apareció y el partido no pudo jugarse. Hasta se dijo que se perdió entre las diagonales, o que hicieron que se perdiera para poder suspender un partido que no tenía “garantías”.

1930 El último clásico del amateurismo tuvo doble postergación y se terminó jugando tras el golpe del general Uriburu al gobierno de Yrigoyen. Primero, lo postergaron la exactitud y las inclemencias de la tormenta de Santa Rosa; después, el alzamiento militar. Al final, se jugó un 14 de septiembre y venció el Pincha por goleada. Tanto ganadores como perdedores, los hinchas lo vieron condicionados: el partido se jugó bajo disposición de la “ley marcial”. Ahí perdieron todos…

1933 “El Expreso” del Lobo finalizó la primera rueda del torneo como líder y le reclamó a la dirigencia que le pagara el premio prometido. Los dirigentes no cumplieron y el plantel fue a la huelga, teniendo como próximo partido el clásico… Pero ni así hubo vuelta atrás. Gimnasia presentó la división intermedia y pocos creían en la epopeya contra el bravo Pincha de aquellos años. La hazaña llegó sobre la hora, con un gol de Del Prete, y así el Lobo conservó la punta del torneo.

1948 El clásico se volvía a disputar de manera amistosa, a pedido del gobierno, con el objetivo de recaudar fondos para la Obra Social Eva Perón. Se jugaron todos los clásicos de Primera un martes feriado de agosto, y se permitieron, como pocas veces, cambios ilimitados en los dos equipos: hubo 17 en todo el partido. El Pincha cambió la mitad de sus jugadores en el entretiempo. Ya ganaba 5 a 0 y decidió cuidar piernas para el choque del domingo siguiente por el campeonato. El clásico terminaría 7 a 2.

1960 Los clubes organizaron un cuadrangular internacional en la pretemporada de verano: Estudiantes, Gimnasia, Nacional y Peñarol. Lo llamaron Copa Gobernador Alende. Todos los partidos se jugaron en 57 y 1, en horario nocturno (uno de los primeros derbys de la historia con luz artificial). El duelo local terminó empatado 2 a 2. Aquella copa menor, de carácter amistoso, marcó un hito: es una de las dos únicas veces, en toda la historia, que el Bolso y el Manya jugaron fuera de Uruguay.

1972 La mayor victoria de Gimnasia como visitante del Pincha, según los libros de estadísticas, es el recordado 4 a 2 del Torneo Clausura 2003. Sin embargo, hay otro triunfo aún mayor del Lobo en el Jorge Luis Hirschi que, por la reglamentación de los Nacionales de aquellos años, se considera “neutral”, pero se jugó en terreno albirrojo. El 10 de diciembre de 1972, el Lobo ganó en 57 y 1 por 4 a 1. Un triunfo que no es uno más, pero que la “historia” lo suma sin localías.

1975 Se jugaba la revancha de los interzonales del Nacional en octubre de ese año. El domingo 26 fue húmedo y lluvioso; tanto, que se pensó en suspender el clásico. Pero nadie lo dijo antes, lo contaron por los altoparlantes, a minutos de empezar la Primera, y las barras y el público no lo toleraron: se juntaron ambas parcialidades contra la Policía y los dirigentes. Se apoyaron mutuamente: “Y pegue, y pegue. Y pegue, Lobo, pegue”, cantaban los Pinchas. “Asesinos, asesinos”, se solidarizaban los Triperos, cuando los gases invadieron la popular visitante. Inimaginable…

1986 La clásica tormenta de fines de agosto no fue excepción en aquel año 86. El partido podía suspenderse y la Policía, conjuntamente con la dirigencia, sugirieron secar el campo de juego... con un helicóptero. Una hora antes, durante 50 minutos, y no sin riesgos para el público en las tribunas, el aparato se mantuvo en marcha en el centro del campo para escurrir el agua acumulada. El partido se terminó jugando y lo ganó el Lobo, 2 a 1, con un recordado gol de Merlini de tiro libre.

2005 El 28 de agosto se jugó el último clásico en 57 y 1. Los dos equipos llegaban empatados en el historial del profesionalismo en Primera División, con 44 triunfos para cada uno. El Pincha triunfó aquella tarde con gol de José Luis Calderón,  y no solo dejó a Estudiantes arriba en la estadística, sino que también inauguró una serie inédita que hoy, apenas pasada una década, lo llevan a tener 11 partidos de ventaja sobre su rival; marca récord para los cien años de clásicos que se vienen disputando desde 1916.