entrevista

David Gudiño trae El David Marrón a la ciudad

Hace un año que comenzó el proyecto que lo traerá a La Plata y con el que está recorriendo el país concientizando con humor e inteligencia.

El próximo domingo en Comunidad Ferroviaria a las 18 horas se presentará, por primera vez en nuestra ciudad, El David Marrón, escrita y protagonizada por David Gudiño. Con él hablamos sobre su gran presente, la obra que habla de cómo la identidad se construye, también, desde instituciones y museos y sobre qué significa presentarse en La Plata.

—¿Cómo haces para organizarte con tanto viaje, la gira, estar actuando en Buenos Aires, las redes sociales?

—No duermo, tengo así como momentos, sé que estas dos semanas duermo menos, en vez de dormir las típicas 6, 7 horas, digo, bueno, duermo 4, como. Un poco lo que limita es el tema del sueño, capaz de afuera parece mucho, pero adentro como que es igual. Será por la ansiedad que tengo que a veces me parece que no estoy haciendo mucho y no creo que alguien de salud mental seguramente me apoye la emoción, pero sí, adentro se siente como que igual podría hacer más, pasaron varios concursos de dramaturgia o varias cosas que no llegué. Un poco lo que hago de las redes necesita como el tiempo que yo mire la tele, esté ahí tratando de captar el momento gracioso que lo pueda actuar, que lo pueda hacer, entonces eso también son bastantes horas, pero voy limitando el sueño y nada más en realidad, porque después sigue todo igual.

—¿Cómo estás repartiéndote con El David Marrón y las otras obras que estás haciendo?

—Lo que más le pongo atención es a El David Marrón porque estoy solo, hay algo de eso de decir, bueno, tenés esa cantidad de seguidores, pero ya sabemos que la cantidad de seguidores no se traduce en boletería, entonces eso es a lo que más le imprimo tiempo, decir ¿cómo hago que ochenta personas todas las semanas elijan invertir en un espectáculo teatral? Creo que eso es lo que más me lleva tiempo de cabeza y pensar, y los posteos y la prensa, y después lo de redes corre solo, las otras obras en las que estoy, como hay un equipo, se venden más entradas por algo natural, orgánico, de cómo está hecho el espectáculo. Acá como estoy solo con el David es como meterle con todo, entonces abandono un poco lo otro, entre paréntesis, las otras, se mueven más solas y cuando veo que no está yendo bien la venta de entradas le meto a eso también. Pero un poco priorizo el David, entonces creo que eso me hace como decir cómo le meto a la venta de entradas, a movilizar a la gente, que hoy, con toda la crisis económica es un gran esfuerzo para todo el mundo comprar una entrada, no son baratas, lamentablemente, pero bueno, por eso también trato esto de ir a La Plata, tratar de movilizarse, esta función que vamos a hacer allá, como movilizarme, porque bueno, también en Provincia de Buenos Aires son otros precios, entonces a la gente le queda mejor ir allá. A veces la gente, como que yo veo que no se entiende mucho el esfuerzo de las giras, se entiende más el esfuerzo en cine, se entiende más el esfuerzo en la tele, pero hay algo del teatro que yo veo que bastantes personas me han dicho, ¿Por qué no la traes acá? Y yo digo, tengo que hacer un video contando todo lo que implica mover un espectáculo, desde el traslado, encima que yo estoy con la cabeza del David blanco. Y acá mover una obra en el circuito independiente, no existe, ese rol de productor comercial, quizás, no sé, le pasa a Nicolás Cabré, a Peter Lanzani, a mí no me pasa.

—¿El David cumplió un año?

—Un año cumplió ahora, el 29 de septiembre.

—¿Imaginaste que iba a pasar tanto tiempo y que ibas a seguir haciéndola?

—Jamás, no, ni loco, ya el hecho de que desde que estamos en cartelera, algunos viernes, algunas fechas, con mucho esfuerzo, pero hemos llegado a agotar, es un sueño y es un privilegio en este momento, pero bueno, también lo pienso en términos de trabajo y la obra la comencé a escribir en el 2019, me llevó cuatro años, es un proceso de escritura largo, muy largo, la gente me dice, ay, los chistes que tiene, qué bárbaro, y bueno sí, porque no salieron de un día para el otro, son cosas que es relacionado con el dios del arte, o qué sé yo, que te sentás y ahí salen esas cosas inexplicables, pero requiere un tiempo que va más allá de la necesidad de producción.

—¿Hasta ahora qué fue lo más loco que te pasó haciendo El David Marrón?

—Creo que de las cosas más emocionantes fue de ver una platea que superaba la cantidad de personas marrones indígenas, quizás a otras poblaciones, y que al final se paren todos, como el aplauso de pie. Sentir que se arma como una cuestión de los marrones indígenas que también somos bellos y nos merecemos nuestro David.

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