Entrevista Exclusiva

De Relatos Salvajes a Luis Miguel: la fortaleza de César Bordón

Sus grandes interpretaciones lo llevaron a construir una carrera internacional. En diálogo con Hoy, el artista relató cómo vivió su popularidad gracias a los trabajos desempeñados en el séptimo arte y el streaming.

Su oficio es inherente a su personalidad, César Bordón siempre trabajó como actor en cine, teatro y televisión. La puerta grande se abrió cuando filmó La Mujer sin cabeza, de Lucrecia Martel, y continuó con Relatos Salvajes y la serie sobre Luis Miguel producida por Netflix donde encarna al manager Hugo López. En diálogo con diario Hoy, el prestigioso artista habló de la actualidad de su profesión y cómo lo encontró el confinamiento durante su estadía en México.

—¿En qué estabas trabajando cuando te sorprendió la cuarentena?
—Estaba filmando la segunda temporada de la serie sobre Luis Miguel, lo digo porque está anunciado oficialmente en Netflix. Justamente tenía una semana de descanso y estaba en Cancún. Empecé a enterarme por las noticias y las redes sobre lo que sucedía con la pandemia. Tuve experiencias previas como fue la aparición del SIDA en los ‘80, después la gripe A, y se toman recaudos para seguir con la vida. Con mi esposa e hija decidimos volver a Argentina cuando estaba permitido para transitar el confinamiento obligatorio en nuestra casa, con los seres queridos cerca aunque no nos podemos ver.

—¿Qué opinión te merecen las nuevas formas de producir para el streaming?
—El tema es polémico. Lo vivo bárbaro porque trabajo para esas plataformas. Creo que deberían pagar derechos e impuestos porque, a veces, son empresas extranjeras. Lo mismo debería suceder con los derechos de intérpretes con estas cosas que aparecen y te pasan por encima. Independientemente de la pandemia, el mundo cambia y ha cambiado, entonces quizá uno no tenga ganas de ver un programa a determinada hora por un canal y es más atractivo recurrir a contenidos online. Siendo honesto, creo que las series, películas o producciones de estas plataformas han levantado el nivel de lo que era la televisión. Cuando menos conoce, menos exige y al revés también sucede. Por otra parte, como trabajo en cine, creo que hay que regular los modos de distribución porque se hacen muchas y muy buenas. Quizá las plataformas digitales sean una buena herramienta para ello porque hay interés, son una forma de salir adelante, se debe generar más publicidad, etcétera.

El éxito de la serie del cantante y el recuerdo de Martel

La carrera de César Bordón es apasionante. Repasarla es descubrir su talento en infinidad de producciones cinematográficas, televisivas, teatrales, junto a los número uno. Solo en los últimos dos años encabezó la entrañable película El tío, de María Eugenia Sueiro; participó de la necesaria La noche de 12 años, de Álvaro Brechner, como el sargento Alzamora, un hombre que necesita ayuda para escribir cartas de amor y coprotagonizó el policial Lobos, de Rodolfo Durán. Además participó de los programas Campanas en la noche y Morir de amor. Claro que la popularidad siempre está asociada al éxito, pero su recuerdo de La mujer sin cabeza, tercera producción de la realizadora Lucrecia Martel, le permite reflexionar sobre su oficio con la visión de un hombre agradecido y con años de experiencia. 


—Trabajás en la serie de Luis Miguel. ¿Es cierto que él forma parte de todas las decisiones,que participa de la producción y aporta datos para los guionistas?
—La serie trata sobre su vida, desde el punto de vista real de Luis Miguel. No sé bien cuánto incide porque el trabajo está muy bien diversificado en muchos aspectos, pero que está detrás de todo, sí es un hecho. En cinco meses llegamos a grabar casi tres capítulos, avanzamos bastante, pero ahora depende de cómo estará el mundo para seguir con los rodajes. Netflix paró todo a tiempo y estuvo muy acertado, tenemos mucho contacto entre nosotros al trabajar en un set así que fue una buena decisión la que se tomó. 


—Los proyectos Relatos Salvajes y la ficción de Netflix tuvieron un éxito rotundo, ¿cómo influyeron en tu carrera?
—Ambas fueron positivas porque impactaron favorablemente, me valieron la popularidad. Sin embargo, hace muchos años, hice una película llamada La mujer sin cabeza, con Lucrecia Martel, que me abrió las puertas del cine porque es una directora prestigiosa, reconocida en el Festival de Cannes, entre otros. A partir de allí pude filmar tantas otras, tuve más trascendencia. De pronto integrás una película, quizá no se ve aquí pero recorre lugares, la ven cineastas y así se abren otras puertas. 

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