Cosquín
FICIC: Un festival de cine es una inversión cultural
Con la proyección de “Malambo”, el hombre bueno de Santiago Loza, comienza este miércoles la 8° edición del Festival Internacional de Cine de Cosquín. Habrá más de 60 films y distintas actividades. El Festival ha despertado pasiones cinéfilas en tierras donde reina el folklore y fue el disparador para el surgimiento del cineclub “De boca en boca”.
Entre el 2 ay 6 de mayo Cosquín se vuelve cinéfila. Como cada año en estas fechas se realiza el Festival Internacional de Cine Independiente de Cosquín (FICIC). En su 8° edición se presentarán más más de 60 producciones nacionales e internacionales entre los que se incluyen largometrajes y cortometrajes.
Entre los países extranjeros que competirán se cuentan, Alemania, Austria, Brasil, Bélgica, España, Francia, Portugal y Reino Unido.
Durante los cinco días de la muestra, la ciudad será epicentro de una serie de actividades y proyecciones que configuran su espíritu independiente más que nunca. Producido por Carla Briasco y Eduardo Leyrado, y con dirección y curaduría de Roger Alan Koza, en esta oportunidad también habrá dos retrospectivas intentarán acercar lo mejor del cine de producción alternativa a Córdoba.
Ana Poliak (con proyecciones en 35 mm) y Martín Farina son los realizadores escogidos para repasar sus carreras, y con ellas comprender aún más de un modelo y forma de hacer cine de autoría fuera de los circuitos tradicionales de producción.
Gustavo Fontán presentará libro y su Trilogía del lago helado, Raúl Perrone, tras su paso por BAFICI, estrenará regionalmente Expiación (2018), y el cine local dirá presente con Casa propia (2018), de Rosendo Ruíz, Los árboles (2017), de Mariano Luque e Instrucciones para flotar un muerto(2018), de Nadir Medina, entre otras propuestas.
A las competencias oficiales de largo, cortometraje y concurso de cortos de escuela, se sumará, por primera vez, el ciclo especial de cine argentino en 35 mm con proyecciones de Amorina, de Hugo del Carril, Nunca abras esa puerta, de Carlos Hugo Christensen, y Pajarito Gómez, de Rodolfo Kuhn.
La huella del Festival
Un evento tan importante a nivel cultural como el Festival de Cine ya ha dejado su huella en Cosquín. La herencia es el cineclub “De boca en boca” fundado por gente joven de la ciudad que amaba el cine pero se sintió movilizada por las películas del FICIC.
“Nos pone orgullosos ser un disparador y además tanto Ana como Alejandra son parte del staff organizador del Festival y una parte importante aquí en Cosquín porque para el FICIC se trabaja todo el año”, dice Carla Briasco fundadora del encuentro.
Empezaron en una biblioteca. Ana llevó de su casa el reproductor de dvd y arrancaron las proyecciones. “Al principio éramos 5, después 10 y así fuimos creciendo hasta ser 40 o más personas que compartimos la pasión por el cine pero también unos mates, un café, masitas, calidez y una charla debate que nos enriquece a todos”, cuenta.
Hoy “De boca en boca” es el único lugar para ver cine en Cosquín. La sala del shopping cerró en 2014 y de no ser por estas cuatro chicas la capital nacional del folclore no tendría un espacio para los amantes del séptimo arte, como pasa en muchísimas ciudades del interior del país.
El cineclub funciona en el salón de la casa de una de las espectadoras que lo cedió cuando no pudieron seguir en la biblioteca. Tienen un proyector, pantalla y sonido propio. Publican las actividades en su fan page de Facebook, avisan en la radio y así muchos se van enterando. El público oscila entre los 30 y 80 años de edad. “No se cobra entrada, el que puede y quiere deja una colaboración”, dice Alejandra que se recibió de abogada en 2015 con 23 años.
En Cosquín existieron otros cineclubes pero fracasaron porque no se podían sostener económicamente. “El problema que tenemos es que acá se piensa que somos folklore y nada más. Cosquín es cultura y el festival es una inversión cultural”, explica Ana.
