La ópera que tardó cincuenta años en estrenarse
Este domingo el Teatro Argentino pondrá en escena El gran macabro, una pieza musical que se presentará por primera vez de forma completa. Hernán Iturralde, uno de sus protagonistas, habló con este medio sobre el espectáculo
En 1970, el Teatro Colón iba a recibir a un grupo de artistas que llevaría a cabo una función de El gran macabro, una nueva ópera. Sin embargo, el autor decidió reescribirla y pidió por favor que se suspendiera. Y así fue.
Tiempo después, se repitieron los intentos por realizar la puesta en escena, pero distintas circunstancias se interpusieron en el camino de esta obra, que parece estar maldita, y que en casi cincuenta años solo pudo estrenarse en una adaptación para piano y percusión. Este domingo a las 18.30, el Teatro Argentino de La Plata será el primer lugar en el que la presentación pueda ejecutarse de manera total. En diálogo con este medio, Hernán Iturralde, uno de los protagonistas, habló de la pieza musical.
—¿Cómo te preparás para el estreno?
—Vamos día por día, es lo que venimos ejercitando desde hace menos de un mes. Llegamos al teatro, vemos en qué condiciones estamos y así seguimos hacia adelante. La única certeza de que se lleve a cabo la tendré el domingo después de la función.
—¿Por qué motivos debió suspenderse?
—Es una pieza teatral que ha tenido mucha mala suerte en nuestro país porque a muy poco tiempo de ser compuesta, se iba a estrenar en el Teatro Colón durante los 70. El compositor decidió reescribirla y solicitó que por favor no se hiciera. Pasaron los años y cuando hace un tiempo se iba a poner en escena en el mismo lugar debió suspenderse por problemas legales y gremiales de la orquesta. Entonces se realizó una versión similar con dos pianos y percusión, que no era la original. Así que digamos que esta será la primera vez que se podrá observar y escuchar tal cual fue concebida. Espero que ojalá lleguemos a buen puerto y que sirva para que la gente tenga al menos una idea de la obra.
—¿Qué podés contar sobre la trama y tu personaje?
—Se trata sobre el fin del mundo y mi personaje, desde una tumba, será el encargado de invocarlo. Además, hará una ceremonia que traerá el fin de la humanidad. Gracias a la intervención de ciertas personas, de ciertos humanos que lo acompañan, este ritual no resultará como debía ser, con lo cual no solo se termina el mundo sino que todos los que están muertos, vuelven a la vida.
—György Ligeti, el autor de El gran macabro la definió como anti ópera, ¿por qué creés que lo dijo?
—No estoy muy seguro a qué se refería, pero tiene relación a cómo está escrita vocalmente. Sin duda es una anti ópera porque vocalmente solo trabaja en los extremos: tanto de los muy agudos como de los muy graves. Es una obra increíblemente difícil de leer, de aprender y de memorizar. Es un trabajo muy extenuante para todos los que formamos parte del elenco porque tiene una complejidad formidable.
—Como protagonista, ¿a qué temática contemporánea relacionarías esta ópera?
—Es una visión muy crítica e irónica de la humanidad en general. Se puede aplicar, en paralelo, con todas las cosas que tienen que ver con la actualidad de nuestro país, del mundo entero. Sobre todo desde la hipocresía y el doble discurso. El argumento básicamente dice que la humanidad no tiene destino, no tiene futuro y como tal debería haber desaparecido. Pero todo en tono de comedia.
