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Soledad Silveyra: “Prioricé el trabajo por necesidad, tenía que poner el pecho y sostener a mi familia”

Tuvo una infancia dura y breve por las complejas situaciones que debió transitar en su vida. Subió al escenario e ingresó a la televisión porque necesitaba dinero . Hoy es una referente nacional del espectáculo

Sincera y sin tapujos, Soledad Silveyra es una mujer que ha luchado contra la adversidad desde muy joven. La actriz, rubia y pequeña, logró encontrar una profesión que le mostró un camino de felicidad y estabilidad. “Solita”, como se la conoce en el medio, se formó en cine, teatro y televisión, y es una de las estrellas más amadas en el ambiente, donde tiene una infinidad de amigos. 

En una distendida y profunda charla con este medio, la intérprete realizó un recorrido por su vida: sus inicios como actriz, la trágica historia familiar, su casamiento, el nacimiento de sus hijos, y la actualidad en Bailando por un sueño.

—¿A qué edad iniciaste tu carrera artística?

—Tenía once años cuando tuve mi primer trabajo actoral. Empecé con un teleteatro en Teleonce con Susana 

Rinaldi, María Aurelia Bisutti y Rodolfo Salerno. Las jornadas de grabación eran arduas y parecían eternas. 

Luego, sucedió que quedé libre en la escuela y debí abandonar mis estudios. En ese entonces, la prioridad fue el trabajo. Tenía que salir al mundo, había una necesidad que saciar, tenía que poner el pecho y sostener a mi familia. 

—¿La actuación te encontró a vos u ocurrió al revés?

—Tuve la suerte de encontrar mi vocación a partir de la necesidad. Fui una niña muy bien criada, de clase media alta, con los lujos y privilegios que puedas imaginar, y de golpe me quedé sin nada. Tenía a cargo una abuela, una madre que no estaba bien y mi hermano que tenía dos años.  

Cuando jugaba, actuaba frente al espejo, generaba personajes y toda clase de inventos. Una tarde me vio un amigo de mi familia y me preguntó si quería hacerlo de forma profesional. Le respondí que quería comer, volver a tener dinero para que la alegría volviera a mi casa. Ese fue el momento en que me llevó a hacer una prueba para el programa en Teleonce.

En esa instancia tuve el privilegio de crecer en un ambiente maravilloso, menos mediático, acompañada por Bárbara Mujica, Víctor Laplace, Norma Aleandro y Héctor Alterio, entre otros. Estuve rodeada de ellos y me marcaron un camino. 

—En ese momento de dificultades emocionales, ¿quiénes te sirvieron de sostén?

—Mi abuela, mi hermano y mis amigos. Aclaro que no expreso mi marido y mis hijos, porque en aquel entonces era una adolescente, no sabía que me iba a casar y a tener la hermosa familia que la vida me regaló.

Mi madre se quitó la vida a sus 30 años, así que tampoco pude contar con ella. Antes de ese episodio por sus problemas mentales, y luego porque decidió dejar este mundo. Fueron tiempos duros, tristes y sombríos pero, por suerte, cuando las heridas sanan uno intenta no repetir la experiencia o situación que te hirió en algún momento.

Los afectos, su pilar emocional

Solita atravesó complejas situaciones de vida en su incipiente juventud. Sin embargo, dichas circunstancias la hicieron más fuerte frente a la adversidad. Un día como cualquier otro, encontró el amor y pudo formar una familia.

—¿Quién fue tu gran amor?

—Cuando tenía 18 conocí al amor de mi vida, José María Jaramillo. Nos pusimos de novios, nos comprometimos y nos casamos en menos de dos años. Al ser tan jóvenes, vivimos este primer amor de forma intensa y carnal. Fuimos creciendo de a dos, trabajando codo a codo.

Tuvimos dos hijos, que son Baltazar y Facundo. Después de algunos años de matrimonio, nos separamos en buenos términos. Era una etapa terminada y ya éramos muy amigos. 

Desde ese momento mantuvimos una relación maravillosa. Ahora nos mira desde el cielo. Eso fue una gran pérdida para mí.

La jurado más elocuente del Bailando 2016

“Adelante mis valientes”, decía en el año 2001 Solita, incursionando como conductora en el reality Gran Hermano, iniciando así una etapa que la traería a la televisión con diferentes proyectos que intercalaría con la actuación. De esta manera llegó hasta las puertas de Ideas del Sur en 2014 para ser jurado del certamen de baile más famoso de la Argentina. 

En el Bailando, la actriz es histriónica y entusiasta. Antes de cada gala, a través de internet, estudia los géneros musicales y la vida de cada famoso participante.

—¿Qué podes decir de tu presencia en el Bailando 2016?

—Acepté porque mis nietas insistieron en que lo haga. Gracias al show comprendí los tiempos de la televisión actual. Marcelo es un buen compañero, me ayuda para que pueda sacar lo mejor de mí.

—¿Qué diferencias encontrás en cada ciclo del certamen?

—Puedo decirte que, cuando recién me inicié como jurado, los participantes eran prolijos y respetuosos. Ahora, debo admitir que los elencos actuales son diversos y complejos, aunque igualmente siempre hay excepciones. 

En este Bailando 2016 han comenzado a insultarme, a tratarme de anciana, bruja o ebria. Es terrible. Pero intento tomarlo con humor, porque si no no podría continuar.

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