Comparten datos de pueblos casi olvidados para reactivar el turismo

Se formó una comunidad en las redes, donde viajeros y vecinos comparten información sobre lugares de la Provincia que son tesoros para los nostálgicos.

La inmensidad de la provincia de Buenos Aires hace que, para muchas personas, conocer los diferentes atractivos que hay en ella parezca casi inabarcable. Por eso, a modo de colaboración, en pos de la reactivación turística y apelando a la nostalgia, se formó el grupo “Pueblos de Buenos Aires”, que conecta a vecinos y viajeros que hacen sus aportes.

Así, la comunidad se volvió un espacio de consultas sobre alojamientos, destinos, fiestas populares; y de recomendaciones sobre sitios que es probable que la mayoría no conozca, más allá de los lugares turísticos más tradicionales.

Por ejemplo, el Castillo San Francisco en Rauch, a pocos kilómetros de La Plata, es la recomendación de un usuario que además de compartir sus fotografías, recordó que el mismo fue edificado entre los años 1918 y 1930 por el arquitecto Eugenio Díaz Vélez, nieto de Eustoquio Díaz Vélez, prócer de la Independencia Argentina.

Es que el turismo no solo se queda en las actividades que ofrezca cada sitio, sino que puede estar en lo que cada viajero necesite, sea tranquilidad, aventura o simplemente volver a la infancia. “La alegría que pasé toda mi niñez y adolescencia, algo que en la actualidad me pasa, cuando salgo de Buenos Aires me emociona cruzar este bello puente”, señaló una usuaria, aunque se replica en muchos que, a través de las fotos de otros, viajan en el tiempo a sus años más felices.

El turismo es una industria que mueve millones en Argentina, y en estas vacaciones de invierno se prevé que se manejarán números récord. Por eso, en muchos pueblos del interior apuestan a ser referencia en sus respectivas zonas ofreciendo a los visitantes una muestra del estilo de vida sereno y sin los altercados que viven en las grandes ciudades.

“Gracias por hacernos partícipes de sus aventuras viajeras. Esos caserones que aguantan el paso inexorable del tiempo, pienso las miles de historias que habrán quedado en esas paredes, de seres que habitaron, vivieron y lucharon en esos pueblos”, destacó otra de las participantes de la comunidad en crecimiento.

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