payaso “Piruchito”

¡Con cuidados y también mucha alegría!

Tras estar seis meses sin hacer reír a los más chicos, el payaso “Piruchito” volvió a escena. Otra vez se lo pudo ver haciendo burbujas allí donde nació su personaje, en la clásica esquina de 60 y 137 de Los Hornos.

A mediados de marzo los shows y las risas se detuvieron. Ariel Alejandro Sanabria, la persona detrás del personaje, estaba otra vez de pie después de mucho tiempo de trabajo y sacrificio, pero el aislamiento obligatorio, como a casi todos, lo paralizó.

“Me vi perjudicado, hasta marzo venía trabajando muy bien. Hasta que empezó la cuarentena venía arreglándome y hacía eventos privados”, le contó “Piruchito” a diario Hoy.

De artista callejero, de a poco se fue haciendo su propio camino y por fin las cosas empezaban a acomodarse. De trabajar en la calle, lo empezaron a llamar de cumpleaños y de grandes eventos. Empezó a invertir en su labor, compró equipos, luces, máquinas de humo y burbujeros. “En marzo se terminó el mundo para mí otra vez, volví a caer en ese pozo”.

Dolor

Ese pozo al que refiere, comenzó el 20 de enero de 2006, cuando la vida de Ariel, que se desempeñaba como policía, cambió para siempre. En un enfrentamiento recibió dos impactos de bala y su compañero de servicio murió asesinado. Fue jubilado de la fuerza pero no reconocido como herido en acto de servicio. Por sus lesiones quedó inhabilitado para continuar.

“Me abandonaron totalmente, me terminaron jubilando en el 2016, nunca me reconocieron como herido”, confesó.
“Tenía que hacer algo que me llenara para aprender a vivir con el dolor, el dolor no se va, hay que aprender a convivir con él. Con ‘Piruchito’ aprendí a convivir con el dolor, empecé a ocuparme y preocuparme por los sectores más vulnerados y desprotegidos que son los niños y los adultos mayores”, expresó.

Alegría

Desde su casa, ante el aislamiento, intentó hacer algunas cosas a través de las plataformas virtuales, pero ese medio no le funcionó. “No era lo mío la tecnología, ni hacer Zoom, no las entiendo. Y aparte el personaje no solo hace globos, hace un lazo de amor puro, transparente. Hasta hace una semana estuve sin trabajar”, sostuvo. Pero un día, la alegría regresó y otra vez Ariel se puso de pie. Decidió dirigirse a la esquina de 137 y 60, donde comenzó a pelearla de nuevo.

“Trabajo con guantes, un sombrerito con un palo de un metro y medio y hago fotos manteniendo la distancia”. En su sombrero, chicos y grandes le dejan dinero a “Piruchito”, que en ningún momento se acerca hasta los vehículos. También, aquellos que para un mejor cuidado no quieren bajar las ventanillas, pueden colaborar a través de un sistema que muchos artistas están comenzando a utilizar, que es Mercado Pago. Desde su página de Facebook, el animador agradece a cada uno de los que le hacen una transferencia.

“No volví antes para cuidarlos a ustedes. Estoy muy contento porque se puede. El retomar el trabajo me hizo bien a la cabeza y al corazón”, concluyó.

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