Denuncian que siguen sin agua en Barrio Aeropuerto

Un grupo de frentistas se agrupó y cortó la calle en 607 y 11 bis, a metros del Jardín de Infantes n° 983, donde los directivos abren las puertas a pesar de que no hay agua en el establecimiento.

Los habitantes de Barrio Aeropuerto salieron con carteles y pancartas a cortar la calle en 607 y 11 bis cansados de la falta de agua en esta zona. “Antes había baja presión. Ahora ni siquiera hay agua”, comentó Hugo frente a la plaza de Las Américas al ser entrevistado por diario Hoy.

En este lugar al sur de la ciudad, a pocas cuadras del Aeropuerto, en 13 y 610, muchas personas sufren tener que movilizarse para buscar agua. Deben ir hacia una bomba, que está en la esquina de 11 y 610, para, por ejemplo, poder llenar las mochilas de los inodoros y así tirar la cadena del baño.

“Yo tengo 61 años y hace más de cincuenta que vivo en este barrio. Cuando empezamos a edificar la casa acarreaba baldes porque había algunos problemas con el agua. Pero ahora, con mi edad, no puedo estar llevando baldes, y mi madre mucho menos. Vivo en 607 entre 11 bis y 12 y esto es traumático. En mi casa hace quince días que no puedo limpiar porque falta el agua”, expresó Mari, otra de las vecinas que se juntó frente al Jardín n° 938.

Cristina, por su parte, explicó que “con un hilito de agua que de vez en cuando sale por las canillas voy llenando los bidones de plástico que muchas veces termino comprando para poder llenar la mochila del baño y tirar el botón. Estamos en pleno siglo XXI y tenemos que soportar estas cosas”, denunció.

Los vecinos continuaron con el reclamo, y Esther relató que “hace varios meses que no prendo el lavarropas porque al ser automático no funciona sin agua. Mi sobrino se lleva la ropa de nuestra casa para lavarla en la suya. Apenas puedo llegar a lavar algo de forma manual. Pero por qué a esta altura de mi vida tengo que seguir lavando la ropa manualmente cuando tengo un lavarropas”, dijo.

Mientras estaba este diario en el lugar, tres camionetas de ABSA llegaron de forma espontánea para intentar destapar una de las cañerías que conecta Jardín de Infantes. Allí, a pesar de la falta de agua, los más chiquitos siguen concurriendo para no perder más días de clases.

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