Día Mundial del Suelo: la necesidad de cuidar un recurso indispensable

En diálogo con diario Hoy, especialistas en la materia destacaron la importancia de la concientización para mantener la salud de la superficie terrestre.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), el suelo es un recurso vivo que alberga más del 25% de la biodiversidad del planeta.

Se estima que hasta un 90% de los organismos vivos habitan o pasan parte de su ciclo de vida en la tierra, recurso indispensable para la obtención de alimentos o medicamentos, así como para la recuperación de ecosistemas.

En el marco del Día Mundial del Suelo, diario Hoy dialogó con María Julia Cabello, ingeniera agrónoma y especialista en suelos de FAO Argentina, quien destacó el “desconocimiento” de la sociedad en lo que respecta a los beneficios y el impacto de estas superficies en el bienestar de la raza humana.

“Para sensibilizar a las personas, primero hace falta que reconozcan la existencia del suelo y su importancia. Lo tienen que visibilizar como un componente que es importante en un ecosistema y que a su vez es parte del funcionamiento de ese ecosistema. Un suelo saludable nos trae un montón de beneficios a nivel social”, explicó la especialista.

Si bien Cabello destacó los avances en ciencia y tecnología vinculados a estudiar y favorecer la salud de estas superficies, también planteó la necesidad de tomar conciencia para evitar la degradación de los suelos, que “suele ser invisible si no se monitorea de manera adecuada”.

“El impacto de las malas prácticas se ven a mediano o largo plazo, por eso hay que saber qué consecuencias tienen al sostenerse en el tiempo. Por ejemplo, los primeros años posteriores al desmonte, el suelo tiene su pico de fertilidad, pero con el tiempo la tasa de deterioro es mucho mayor. El suelo pierde porosidad, estructura, fertilidad y nutrientes, entonces eso que al comienzo parecía algo positivo ya no lo podés recuperar”, sostuvo.

Para sostener estas propiedades, la especialista recomendó mantener “vivo el suelo”, lo que implica tener raíces creciendo todo el año y rotar el tipo de planta, para permitir que los microorganismos de la tierra se puedan diversificar.
Entre los beneficios de estos sistemas biológicos, Cabello destacó su capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico y descomponer los residuos orgánicos. “Muchos microorganismos toman nutrientes y los transforman para que la planta los pueda absorber”, explicó.

En concordancia con la integrante de FAO, Guillermo Studdert, presidente de la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo (AACS), aseguró que “considerar al suelo como un mero soporte físico donde pisamos y plantamos semillas es una idea un poco antigua”.

Al ser consultado por este multimedio, Studdert señaló: “El suelo cumple un montón de funciones en el ecosistema. Además de permitir que crezcan las plantas, ayuda a purificar el agua y el aire, y brinda un espacio para depositar el carbono de la atmósfera”.

Asimismo, el presidente de la AACS ­destacó la necesidad de prevenir el impacto a través de prácticas que reduzcan la tasa de degradación.

“Si bien a nivel mundial hay muchísima superficie útil que ha perdido su capacidad de funcionamiento, y pese a que en Argentina hay una porción de suelos irrecuperables, la degradación no está en un nivel tan serio como para afirmar que estamos perdiendo la posibilidad de utilizarlo”, aseguró.

Frente a esta realidad, Studdert manifestó su preocupación y remarcó que, si se pierde la capacidad de funcionamiento de los suelos, “estaremos frente a un panorama poco alentador”.

“No es cuestión de cuidar el suelo porque sí, necesitamos usarlo para nuestros alimentos, combustibles, fibras, medicamentos. Si no lo cuidamos, estamos matando la gallina de los huevos de oro”, concluyó.

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